miércoles, 2 de mayo de 2018

La hora loca

Carola Chávez

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Marcos Rubio solicitó al Senado gringo un Plan Marshall para Venezuela. El ministro de hacienda de Colombia pidió $60 mil millones al FMI “para reconstruir a Venezuela” -sí, leyó bien- y hasta presentó un paquete de medidas económicas para aplicarle a los venezolanos. Y México pateó su histórica y digna diplomacia del principio de no intervención, para unirse los ladridos de perritos contra la insumisión venezolana. Y la “canciller” europea, nos amenazó con más sanciones según el resultado de las presidenciales. Y el Departamento del Tesoro gringo, “advirtió” como advierten ellos, con ese tonito que suena a o estás conmigo o en mi contra, que el presidente Maduro, ahora, de repente, “carece de legitimidad” para pedir préstamos e instó, ya saben, como insta el gobierno gringo, hablando en voz baja y con un garrote en la mano; instó a otros gobiernos a seguir restringiendo el acceso de Venezuela al financiamiento. Y el dólar paralelo se cotiza a diez precios distintos según la veleidad oscuros operadores. Y los precios se duplican, porque el dólar, tú sabes… Y aquí estamos, a un mes de la elecciones, en lo que será una larga hora loca.
“Los EEUU -decía Obama, sobrado-  a veces tienen que torcer el brazo a los países que no quieren hacer lo que nosotros queremos que hagan”. Lo que ellos, quieren que hagamos, no por nuestro bien, sino por el de ellos. Porque debemos recordar que el decreto de Obama, ratificado por Trump, dice claramente que somos una amenaza inusual y extraordinaria para los intereses de los EEUU, no los de nuestro pueblo, que son incompatibles con los de ellos. Y como no torcemos el brazo, y como se acerca la hora de reelegir al presidente que nosotros queremos y que ellos no quieren, pues, aprietan como locos a ver si, por asfixia, terminan de arrodillarnos.
De rodillas, los cipayos carroñeros suplican más ataques contra el país que, por desgracia, los vio nacer; a modo de venganza contra este pueblo que los botó y a cambio de unas migajas del despojo. Ver la cara de orgasmo fallido de Ledezma, rogándole a Pence una intervención contra Venezuela, conocer la historia reciente de estas intervenciones, imaginar a ese combo aspirantes a gestores del saqueo gringo de nuevo en el poder, son el mejor antídoto contra el cansancio, el miedo, y la rendición. 

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