Mariadela Villanueva
En la más que peligrosa coyuntura que está atravesando nuestro país, asediado y amenazado por los amos del capital y el gobierno estadounidense, votar y elegir gobernadores es hacer Patria.
Votar es justipreciar los cambios ocurridos en la cultura política de Venezuela a partir de 1989, generados fundamentalmente por el rechazo a condiciones de vida inaceptables, por las ansias del pueblo, el estímulo y la capacidad didáctica del comandante Chávez.
Elegir gobernadores que visualicen sus estados como elementos orgánicos de un todo indivisible -Venezuela- es garantizar la participación efectiva del poder estatal en las iniciativas y luchas por la independencia, la soberanía y la integridad nacional. Es aglutinar y consolidar un poder estadal cívico- militar antiimperialista.
Elegir gobernadores patriotas es acelerar la revolución bolivariana ralentizada por los ataques y acciones de fuerzas reaccionarias externas y locales, así como por la indolencia y los saboteos de seudo chavistas infiltrados o confundidos.
Votar por gobernadores afines a los principios del comandante Hugo Chávez es elegir acompañantes regionales al poder originario que hoy trata de encontrar en las calles y en la Asamblea Nacional Constituyente la mejor vía para enrumbar definitivamente a Venezuela hacia el socialismo bolivariano del Siglo XXI.
Elegir gobernadores revolucionarios es fortalecer la transferencia de poder y responsabilidades a las comunidades organizadas. Es asegurar la participación del Poder Popular y de las empresas de propiedad colectiva en la gestión estadal y en la planificación, administración, ejecución, supervisión y contraloría de proyectos destinados a la explotación de los recursos propios de los estados y a la producción y distribución de bienes y servicios indispensables para la satisfacción de las necesidades reales de la población.
Elegir gobernadores íntegros y humildes es fortalecer una interrelación fluida con el Ejecutivo y los demás poderes nacionales, con sus Consejos Legislativos, con los alcaldes y con el poder popular en pro de la prestación de los servicios públicos y de la construcción y mantenimiento de la infraestructura necesaria para el desarrollo armónico de la región a que pertenecen. Es facilitar la probidad en la administración de los ingresos y recursos del Estado.
En nuestro transitar democrático hacia el socialismo, votar es ejercer nuestro poder revolucionario. Es enrostrarle al imperio y a quienes tratan de derrocar al presidente Nicolás Maduro y acabar con nuestro proceso que aquí hay un pueblo resteado con el legado del comandante Chávez.
Votar el domingo 15 de octubre no es una opción, ni siquiera un compromiso o una responsabilidad, es una obligación patriótica con Venezuela, con nosotros, con las futuras generaciones, con los pueblos oprimidos del mundo y con la Paz del Planeta
Analista y comunicadora. Socialista y chavista. Firme creyente del poder popular
mariadelav@gmail.com @mariadvillanuev
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