Esmeralda García Ramírez
Dice Eduardo Galeano en su maravillosa obra "Las venas abiertas de América Latina" que el saqueo interno y externo fue el medio más importante para la acumulación primitiva de capitales que, desde la edad Media, hizo posible la aparición de una nueva etapa histórica en la evolución económica mundial. Esta gigantesca masa de capitales creó un ambiente favorable a las inversiones en Europa, estimuló el "espíritu de empresa" y financió directamente el establecimiento de manufacturas que dieron un gran impulso a la revolución industrial. Pero, al mismo tiempo la formidable concentración internacional en beneficio de Europa impidió, en las regiones saqueadas, el salto a la acumulación de capital. Los metales preciosos de América alumbraron la engañosa fortuna de una nobleza española que vivía su Edad Media tardíamente y a contramano de la historia, simultáneamente sellaron la ruina de España en los siglos por venir. Europa necesitaba oro, plata y azúcar, rubros éstos que se convirtieron en la economía colonial de la época y en función de las necesidades de ese mercado. Los burgueses se apoderaban de las ciudades y fundaban bancos, producían e intercambiaban mercancías, conquistaban mercados nuevos. El valor de las exportaciones latinoamericanas de metales preciosos fue, durante prolongados periodos del siglo XVI, cuatro veces mayor que el valor de las importaciones. Venezuela fue durante siglos víctima del saqueo de cinco imperios: el de España, por más de tres siglos; luego fue atracada por Inglaterra que le robó un amplio territorio de 143.000Kms cuadrados, rico en oro que después de una segunda maniobra controlada por el gobierno imperial de Estados Unidos, a través del presidente Grover Cleveland, que aún Venezuela rechaza y contra la que no ha podido actuar por una cuestión de fuerza, el recurso bestial de los imperios. Durante Cipriano Castro, sus puertos fueron bloqueados por las armadas imperiales de Inglaterra, Alemania y Holanda, y este último país lanzó un ataque contra la débil armada venezolana. Juan Vicente Gómez, le entregó el petróleo a las compañías supranacionales de Holanda y Gran Bretaña y, después, de Estados Unidos –la Standard Oil de Rockefeller--, que lo convirtió en uno de los hombres más ricos de América y a su país, en sirviente de los tres imperios.
Así se inició el proceso en que el más valioso, y dañino, de los combustibles fósiles enriquecería a los menos y empobrecería a los más. El capitalismo ha saqueado por siglos a nuestra amada Venezuela. Pero, lo más lamentable es que ahora es nuestro vecino más cercano el que nos atraca y lo poco o mucho que hace el gobierno nacional se queda corto, dada la habilidad de nuestros hermanos negranadinos y de su gobierno que se hace de la vista gorda para no enfrentar este flagelo porque se nutre de nuestros recursos. El nuevo saqueo de Colombia contra Venezuela ya no solo es de gasolina, alimentos, cauchos, baterías, pañales, medicamentos, papel moneda, ahora sus prácticas ilegales de comercialización, sustracción, extracción, aprovechamiento, almacenamientos y transporte de recursos o materiales estratégicos son el aluminio, cobre, hierro, bronce, acero, níquel, otros metales y sus derivados; residuos sólidos no metálicos, fibra secundaria producto del reciclaje del papel y cartón, fibra óptica, chatarra ferrosa y no ferrosa en cualesquiera de sus modalidades. Esto ha traído como consecuencia que los hogares se queden sin los medidores de agua, de luz, sin alumbrado eléctrico en las avenidas y calles de la ciudad; sin sistema de internet, sin comunicación vía telefónica o celular; sin contar la fuga del papel moneda; más allá de esto, nuestros centros de salud han sido víctimas de este nuevo contrabando, porque hasta comercializan con las bombonas de oxígeno para revenderlas a precios insuperables e inimaginables, en virtud del poco valor del Bolívar frente al peso. Seguramente, así como todavía hay quienes agradecen que los españoles hayan "civilizado" a esta parte del mundo, cuando en realidad dejaron millones de personas en la pobreza; ahora la ultraderecha fascista agradecerá que nuestros hermanos colombianos nos roben lo que es nuestro, porque eso genera ira en la población, descontrol en nuestros ingresos, daño a los recursos minerales, al sistema comunicacional, quiebra del sistema financiero del país. Si aquel saqueo fue nefasto para la economía del país por parte de los imperios europeos y el estadounidense, no menos ha sido y es el que estamos viviendo por parte del vecino país, por ende urge de mayor atención. Colombia se ha convertido en la pequeña Europa de la Edad Media, en los nuevos colonizadores de esta era. Parafraseando a Bolívar "la República de Colombia parece destinado por el imperio norteamericano a plagar y a saquear a Venezuela de miserias y de tumbar gobiernos, en nombre de la democracia, de la libertad, de sus intereses económicos y del santandereano Santos. ¡Pobre Colombia! ¿Cuándo caminará por sus propios pies? Venezuela ya no puede seguir soportando esta carga. Los venezolanos seguiremos siendo solidarios, porque es un principio revolucionario, y justos en la relación con Colombia, pero sin ceder los espacios, reclamando equidad, exigiendo respeto a nuestra soberanía y apoyando a los gobiernos del mundo que luchan contra los imperios en pro de un mundo más humanista.
Licenciada en Administración
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