Por Roy Daza
El Juramento del Comandante Hugo Chávez en el Samán de Güere, el 17 de diciembre de 1982, fue un acto pionero cargado de futuro, ese día, lo que estaba por venir se anunció, y los hilos silenciosos de la clandestinidad lo expandieron, puede decirse que algo quedaba atrás y se abría el porvenir, ésta vez, con base en un amplio horizonte, la espada de Bolívar que vuelve al combate.
La creación del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 representa un hito histórico que tiene su génesis en dos asuntos de suma importancia: por una parte, se amplió la ruptura del pueblo con la élite gobernante, y, en segundo lugar: la grieta en el muro puntofijista se abría de nuevo, la certeza de construir una democracia revolucionaria dejó de ser un anhelo para convertirse en Proyecto de Nación.
El estudio de la realidad no solo atisbó las aproximaciones a un programa revolucionario y antiimperialista, sino que forjó la unidad cívico-militar, que es un asunto estratégico; un hecho premonitorio marcó esos días, el Canto Bolivariano recorrió las plazas de todo el país.
En ese momento había dos izquierdas en Venezuela, una se alineó al puntofijismo, abandonaron la noción de Revolución hasta el punto de coincidir -unos años después- con el plan neoliberal de Carlos Andrés Pérez, la otra, la izquierda que no se rajó, nunca perdió de vista la necesidad de hacer una Revolución Popular, y por distintas vías fue llegando al Samán de Güere.
En pocos días, la Patria tomará Juramento con su Presidente Nicolás Maduro, el apóstol de la paz, el 10 de enero es una cita con la historia. ahora es todo un pueblo siguiendo el camino trazado por el Comandante Hugo Chávez en el Samán de Gúere.
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