Juan Martorano
El arrinconamiento a los ganaderos del Rupununi.
Guzmán Mirabal en el trabajo in comento hace mención de que en fecha 23 de septiembre de 1968, directivos de la Asociación de Productores del Rupununi, dirigieron una comunicación al Gobierno de Venezuela, en la que manifestaron: "Nosotros, los residentes del Distrito Rupununi de Guyana […] estamos deseosos de ser incluidos dentro de la estructura del Gobierno de Venezuela. (Destacado y Subrayado del articulista). La referida carta era firmada por Richard Trittart, Chairman del Sub Comité de Rancheros, R.W. Mitchell, Tesorero, y Edward E. Melville, expresaba que
"Condicionamos esta inclusión […], a la satisfacción de las siguientes demandas:
1. Incorporación como un estado venezolano, con gobierno autónomo.
2. Una carta de derechos similar a la Carta Federal de Derechos (Federal Bill Of Rights) de los Estados Unidos de América […]
3. Representación en todos los asuntos concernientes a la tributación de un ciudadano o ciudadanos del referido estado."
Por motivo de esta solicitud, los días 31 de octubre y 1 de noviembre de 1968, funcionarios de la Cancillería venezolana sostuvieron dos reuniones con directivos de la referida Asociación.
En la primera reunión, los señores de la Asociación de Ganaderos plantearon la dramática realidad de los ganaderos y agricultores mestizos de la región, por un lado, y de los amerindios, por el otro, en especial al tema de la tenencia de la tierra y el provecho económico que con ello se obtiene. En primer lugar, informaron que el uso de la tierra estaba condicionado por un título precario, pues el entonces gobierno de Guyana no permitía obtener la propiedad de la tierra, sino solo un derecho de uso por un tiempo variable, revocable a voluntad de la administración, previo el pago de un canon de arrendamiento. Además, el uso de la tierra se había limitado progresivamente, lo que hacía cada vez más difícil obtener beneficios económicos. Alegaban que, de manera extraoficial, el gobierno guyanés les había informado que ninguna autoridad guyanesa iba a entregarles tierras en propiedad. Finalmente, en relación al sector amerindio, informaron que los títulos de las reservas territoriales, permitidas por Gran Bretaña, habían sido sistemáticamente negados por el gobierno de Burham. Con estos alegatos, plantearon que Venezuela que "[…] la Asociación de Productores y los Amerindios han decidido llevar a cabo la secesión de la región (del Rupununi), del territorio de Guyana y constituir un estado independiente provisionalmente previo a la incorporación a Venezuela". (Destacado y Subrayado del articulista).
"(Nuestro) deseo es efectuar esta secesión e inmediatamente después de haberla efectuado, pedir la protección de Venezuela, a fin de que se les ayude para garantizar su independencia. (Destacado y Subrayado del Articulista).
Consideraban fundamental el apoyo venezolano, pues, aunque "Tienen la convicción de que […] es posible lograr una secesión efectiva no podrán mantenerse en forma independiente por largo tiempo ante la irrupción de las fuerzas armadas guyanesas". (Destacado y Subrayado del articulista).
En la referida reunión se trataron aspectos relacionados con la situación de la región una vez anexada a Venezuela:
"La ayuda requerida por ellos a Venezuela está condicionada a que se les concediera, al menos durante un tiempo, cierta autonomía administrativa sobre la zona en lo que respecta a lo que podría equivaler en términos venezolanos la administración municipal
[…] estuvieron de acuerdo en aceptar como suficientemente satisfactoria la Constitución venezolana como un instrumento jurídico dentro del cual eventualmente ellos colocarían al Distrito Rupununi en condición de un estado o territorio federal.
Como resumen de las dos reuniones, se estructura un documento final, en el cual se puntualizó que los miembros de la agrupación ofrecen:
"1.- Levantar toda la Región Sur de Guayana Esequiba hasta el paralelo 4° 40’ Norte.
2.- Declarar un movimiento secesionista y solicitar apoyo de Venezuela.
3.- Ejecutar ellos mismos todo el movimiento […]"
Por otra parte, declararon que "[…] ellos van a lograr su propia independencia y que lo que solicitan de Venezuela es su defensa y seguridad a cambio de integrarse al Estado". (Destacado del articulista).
Dos alzamientos, un solo Esequibo.
El 19 de noviembre, el Ministro de Relaciones Exteriores, le dirige una comunicación el rótulo de "SECRETO" a Manuel Mantilla, entonces Secretario de la Presidencia de la República, junto a la cual remite dos memorándums, solicitando "[…] llevarlos al conocimiento del señor Presidente de la República, pues urge una decisión del Primer Magistrado".
En el primer memorándum se ponía en autos al Presidente Leoni de las dos acciones que se venían preparando en la Guayana Esequiba. Por un lado
"La población indígena de la zona del Cuyuní y Mazaruni, en estrecho contacto con Venezuela a través del Partido Amerindio, hostigada por el Gobierno de Georgetown, viene manifestando desde hace algún tiempo su deseo y disposición a realizar un alzamiento a favor de Venezuela. Si se le suministran armas, equipos y un mínimo de entrenamiento, podrían controlar prácticamente la totalidad de la parte central del territorio y aislar completamente a las fuerzas guyanesas en la zona, inclusive las situadas frente a Anacoco." (Destacado y Subrayado del articulista).
Por su parte, la región del Rupununi también pedía la ayuda de Venezuela,
"Ahora los ganaderos de la zona de las sabanas del sur o Rupununi, organizados sin intervención de Venezuela, en una asociación (unas mil personas) y en pleno acuerdo con los indígenas locales (unos 15.000) se han puesto espontáneamente en contacto con Venezuela para informar que están decididos a separarse de Guyana y solicitar ayuda a Venezuela". (Destacado y Subrayado del articulista).
El Presidente es informado de las reuniones sostenidas por la Cancillería venezolana con la Asociación de Productores del Rupununi, en las últimas semanas en Caracas. Igualmente, se la participa al entonces Presidente que "[…] los ganaderos […] han preparado y aprobado un plan detallado para apoderarse de la zona y están decididos a hacerlo, como medida desesperada […]".
Se indica que los ganaderos están dispuestos a tomar esta acción "[…] aun si Venezuela no los ayuda […]
Destacan su urgencia y su desesperación. Dicen que hasta ahora han tenido que retener a los indígenas, que están al borde una rebelión contra el gobierno y que éste, en cualquier momento puede descubrir sus planes y proceder al envío de fuerzas militares al territorio y a arrestos masivos".
El plan contempla que, en el momento en que se acuerde definitivamente la operación y su ejecución, tomará alrededor de tres semanas ponerla a punto. Los ganaderos creen factible " […] controlar el territorio en unas horas y mantenerse algunos días antes de que Georgetown pudiera ocupar los principales centros poblados". Son enfáticos en su deseo de anexarse a Venezuela, siempre que se les garanticen sus derechos humanos, la propiedad de sus tierras, y "un período de transición más o menos largo" para adaptar el sistema jurídico de la región al venezolano y "autonomía para ciertos asuntos locales". Finalmente consideran que "[…] el momento en que pudiera realizarse el pronunciamiento sería en diciembre o comienzos de enero, pues en esa época regresan de vacaciones los niños que estudian en Georgetown, que de otro modo pudieran ser usados como rehenes". (Destacado y Subrayado del articulista).
La Cancillería les aseguró que "[…] estudiarían con interés y urgencia su caso, [y] que mantendría contacto con ellos". Y se les advirtió que "[…] la acción no podría en ningún caso realizarse antes de la conclusión del proceso electoral venezolano".
El memorándum in comento somete a la consideración del Presidente Leoni seis escenarios que la Cancillería de entonces manejaba para el momento con referencia a la recuperación de la Guayana Esequiba. El primero era la vía diplomática a la luz del Acuerdo de Ginebra, dando por sentado el estancamiento de las negociaciones y el fracaso de la Comisión Mixta como medio para llegar a una compensación territorial. El segundo y tercer escenario tenían que ver con la invasión militar a la Guayana Esequiba y la intervención a la República Cooperativa de Guyana. Ambos son descartados por el enorme costo económico y político envuelto. El cuarto escenario era dejarlo todo como estaba, es decir, congelar las negociaciones por un período de tiempo (lo que sucedió con la firma del Protocolo de Puerto España durante el primer gobierno de Rafael Caldera). El quinto escenario era proponer la anexión de la República Cooperativa de Guyana a Venezuela, también descartado por el enorme costo político y económico, y el sexto y último escenario aparentemente el más factible y el que convenía a Venezuela, la secesión del Esequibo de Guyana y su anexión a Venezuela " […] como la única vía práctica y la de menos inconvenientes la de la anexión del territorio por voluntad de sus moradores" (Destacado y Subrayado del articulista).
No obstante, la implementación de este último escenario tenía inconvenientes que era necesario salvar:
"La simple manifestación pacífica de su voluntad no sería suficiente para justificar internacionalmente la ocupación. Sería preciso que proclamaran y aseguraran su independencia, sin participación ostensible y directa de las fuerzas armadas venezolanas, y se mantuvieran por un tiempo, una o dos semanas, con la necesaria publicidad internacional, para luego ser reconocidos y ayudados abiertamente, a petición de ellos, por Venezuela." (Destacado y Subrayado del articulista).
Según los análisis de la Cancillería venezolana en ese entonces, las condiciones estaban dadas para una acción de esas características. En la actual coyuntura interna, "esta solución es factible". Se añade que "las condiciones actuales en Guyana durante e inmediatamente después del poco limpio proceso electoral son las más favorables que pueden esperarse, ya que las fuerzas gubernamentales se necesitarán más allá del Esequibo para asegurar el orden".
La secesión propuesta podría no tener simpatías en el plano internacional, pero tiene aspectos que pueden manejarse mucho mejor que una invasión o intervención militar, pues esta última es vista como la intervención de un Estado en los asuntos de otro, lo cual contraviene lo dispuesto en la Carta de las Naciones Unidas. En el caso de una secesión no hay confrontación directa entre los Estados en disputa.
Sobre la oportunidad de operar la secesión del Esequibo para su posterior anexión a Venezuela, la Cancillería es concluyente: "[S]e piensa que la oportunidad más conveniente, por no decir la única, para realizar la acción es entre el 16 de diciembre de 1968 y los primeros días de enero de 1969". (Destacado y Subrayado del articulista).
Varias razones se alegaron para la realización de dicha acción en un tiempo tan perentorio. En primer lugar, el temor que enfrentaron los ganaderos con la posibilidad de que sus hijos, estando en Georgetown, hubieran sido utilizados por el entonces gobierno de Burham como prisioneros y utilizarlos como mecanismo de chantaje y presión a los rebeldes. En segundo, lugar, la concurrencia de elecciones, elemento de peso que influiría en la decisión y ejecución de esta operación. Ya que en 1968 era año electoral en Estados Unidos, Venezuela y Guyana (el 5 de noviembre de ese año en Estados Unidos con el triunfo de Richard Nixon frente de Lyndon Johnson, Venezuela el 1 de diciembre con la elección de Rafael Caldera del partido COPEI y en Guyana el 16 de diciembre con la reelección de Burham, en un proceso muy cuestionado). Ante estas circunstancias, las fuerzas del orden en Guyana serían requeridas para prevenir o reprimir posibles disturbios en la capital por parte de los hindúes, en la costa este de Guyana, por lo que la Guayana Esequiba estaría más desprotegida y vulnerable y le sería más difícil al gobierno guyanés sofocar cualquier revuelta. Además, que el triunfo de Burham produciría que el "[…] desaliento y la sensación de rebeldía […] por parte de la población no africana estaría en su punto máximo ante la perspectiva de cinco años más de presión política y racial". Asimismo, Estados Unidos no tendrían el argumento que ante un posible triunfo del dirigente izquierdista Cheddi Jagan y el peligro de la implementación de un régimen comunista afín a los intereses de la Unión Soviética, puesto que la acción debería tomarse luego de sucedida la reelección de Burham, como en efecto ocurrió.
En el caso de Venezuela, ya había concluido el proceso electoral y el presidente que estaría por terminar su período de gobierno, en este caso Raúl Leoni sería el encargado de tomar la decisión de apoyar el plan; y el nuevo presidente sería el heredero de la situación consecuencia del desenlace de la mencionada secesión, no su iniciador. Y esto le hubiese dado una mejor posición al entonces gobierno de Rafael Caldera frente al hecho y sus consecuencias. El presidente saliente debía poner en autos al presidente electo en aquel entonces sobre la coyuntura especial en la Guayana Esequiba y las acciones a tomar, dándole una perspectiva de las dimensiones de la acción a desarrollar, sus posibles consecuencias las cuales debía asumir. Igualmente, a los fines de la opinión pública internacional, la limpieza del proceso electoral venezolano contrastaría con el proceso trucado guyanés.
De cara al proceso de cambio de gobierno en los Estados Unidos, para el momento de la acción no habría tomado posesión todavía el presidente electo de entonces, Richard Nixon, del que se esperaría una actitud más firme con respecto al tema de Guyana, que del entonces presidente Lyndon B. Johnson.
Por último, en el plano internacional, había terminado o estaría en receso la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde el peso del grupo afroasiático, que con certeza apoyaría a Guyana, es mayor que en el Consejo de Seguridad. Son contar, además, que las relaciones de Venezuela en ese entonces con el resto de países de las Naciones Unidas estaban en su punto más alto y que se podría contar con la simpatía de la mayor parte de los países latinoamericanos, especialmente con aquellos que tenían reclamaciones territoriales pendientes con Gran Bretaña.
La próxima entrega será la última, y ahí sabremos las poderosas razones por las que fracasó la Rebelión del Rupununi, cuando el próximo 2 de enero cumplirá 56 años de su ejecución.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tutiteras Socialistas. Www.juanmartorano.blogspot.com , www.juanmartorano.wordpress.com , jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.
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