sábado, 21 de diciembre de 2024

La solución está aquí y fuera de línea

 ALVIN LEZAMA

Comienza cristo a padecer, los impactos y efectos negativos de los medios sociales y las nuevas tecnologías digitales están tomando por sorpresa a las familias y a los gobiernos, obligando  a incluirlos como temas prioritarios dentro de las agendas de políticas públicas y lineamientos estratégicos. 

Están causando estragos en todo el mundo, afectando social, económica, política y culturalmente; los gobernantes, del sector público y privado, no hallan cómo abordar esta situación, tampoco saben cuán grave pudieran ser sus efectos; siempre se creyó ingenuamente en la inocuidad social de estás innovaciones, en su neutralidad, se pensaba que sus efectos solo dependían de la voluntad individual, de cómo se le usara para hacer el bien o para hacerle mal, similar a como, por ejemplo, sucede con la invención del martillo, una tecnología que se puede usar de muchas maneras para construir y reparar así como para destruir y dañar, es decir, aquí no hay ninguna imposición de uso preestablecida, hay total flexibilidad. En consecuencia se les dejó la libertad para que se desarrollaran, masificaran y consolidaran, logrando imbricarse en nuestro quehacer cotidiano, sin presencia ni legal, ni comercial de las empresas de tecnología transnacional en los países donde  prestan los servicios,  la persona jurídica es la que permite exigir el cumplimiento de obligación legal del país. Resultó que no es así, como se ha sostenido en varios escritos anteriores,  estas tecnologías e innovaciones obedecen a un por qué y para qué que va más allá de la rentabilidad, imponen formas de vida, es decir, culturas y formas de interacciones sociales.

La tesis de considerarlas parte del sistema sociocultural que modela y norma comportamientos, induce valores y formas de vida, nuevas maneras de socializar y de percibir el mundo está planteada y es objeto de estudio desde los 70’s, del siglo pasado, sin embargo, en el sector académico no alcanzó mayor  sensibilidad y por ello, este servidor presume, como resultado la poca cobertura, difusión y financiación. De estas tecnologías e innovaciones solo se promovieron y aceptaron los beneficios, los costos ‒en términos de efectos e impactos‒ no se advirtieron, se subestimaron, quizá por desconocimiento o deliberadamente.

En el Reporte Global de Riesgos del 2024, presentado en enero de este año, en la reunión de Davos del Foro Económico Mundial se presentan 34 crisis globales convergentes, entre ellas se incluyen cinco crisis globales que están directamente vinculadas con el sector tecnológico, como son: Pérdida de información & desinformación, Cyber inseguridad, Resultados adversos de la IA, Concentración de poder tecnológico, Censura y vigilancia. Este reporte presenta dos listas de severidad: la lista de las crisis globales más severas en los próximos dos años (2024 y 2025) en dónde están las del sector tecnológico:  Pérdida de Información & desinformación y Cyber inseguridad, ocupando el primero y el cuarto puesto, respectivamente; en la lista de severidad de 10 año aparecen nuevamente la Pérdida de Información &  desinformación y la Cyber inseguridad pero bajan al quinto y octavo puesto, respectivamente, se agrega en el sexto puesto, otra crisis del sector tecnológico, los Resultados adversos de la IA. Está claro que estos impactos negativos solo consideran los efectos políticos y económicos directos de estás tecnologías en el mundo nada se habla de los efectos indirectos en lo social,  cultural y ambiental. 

Hoy, se comienzan a visibilizar algunos efectos negativos en lo social con el trágico saldo de muertes de adolescentes o preadolescentes por participar en juegos de retos o por acoso, también comienzan a tener eco, más bajo, la pornografía infantil y las redes de pedofilia.

Hay un mundo en la sombra o quizá se deba decir muchos mundos en la sombra, en la profundidad, son mundos al margen de la ley oficial,  con su propia ley, cuestionables ética y moralmente, ajenos para muchos, se puede pasar toda una  vida sin conocerlos. En la dimensión cultural digital estos mundos se colocan al alcance de todas y todos, sin filtros, sin peajes, ni advertencias, se multiplican, se expanden, se potencian y se mezclan. He allí un peligro latente, un problema que cada vez se hace  más complejo.

Por otra parte, en esta lista de 34 crisis globales del reporte mencionado se obvian las interacciones, retroalimentaciones y relaciones causales entre estás crisis; por ejemplo, que Elon Musk, presidente de varias empresas de tecnologías se pronuncie y asuma posiciones políticas, no solo sobre la política interna de los EE.UU. sino en el mundo,  incluso  emplee para ello las empresas que dirige como el medio social  X y la empresa de telecomunicaciones por satélite Startlink son señales de lo que pudieran significar las crisis mencionadas de Concentración del poder tecnológico y la Censura y vigilancia. Hoy, Musk pasa a formar parte del equipo de gobierno del recién electo presidente Donald Trump, así que ya está relación es franca, sin velos ni tras bastidores, ya no es el fenómeno de la puerta giratoria, ya se trata de un pasillo que los comunica en la misma Casa Blanca. Aquí, ya como que no cabe aquello de conflicto de intereses tal vez sea más apropiado decir  matrimonio o convergencia de intereses.

Necesario es agregar a esta marco conceptual y como contexto la confrontación entre los Estados Unidos y China que se puede calificar de   híbrida,  es comercial, tecnológica, cultural y política, una guerra mundial no convencional, puede que tibia. En este escenario ¿qué pasa con el resto de países en el mundo?, ¿estarán como veletas en este océano de tormentas y turbulencias?, ¿serán los objetivos estratégicos de los contendientes, serán la fuente apetecible de recursos para este modelo económico desarrollista y depredador, serán posiciones geográficas claves para el comercio y la guerra, serán  las fichas del tablero  sacrificables?

Este es un marco de trabajo que se debe tener presente en los análisis y en las acciones propuestas para mitigar y evitar los efectos negativos de estas 34 crisis convergentes mundiales del reporte mencionado, más todas las demás  crisis nacionales.

En opinión de este servidor, las cinco crisis del sector tecnológico mencionado, y más, serán en parte el epicentro de esta confrontación, ya desde el 2016 se han dado señales, por ejemplo:  la ley CHIPS para incentivas la fabricación de los semiconductores en territorio estadounidense, el aumento de los aranceles a las importaciones de este sector de tecnología, la reorganización de las cadenas de valor globales y las cadenas de suministros globales, en especial vinculadas con las tecnologías de información y comunicación.

Así que la solución  debe ir más allá de elaborar leyes en respuestas a las situaciones  específicas que vayan surgiendo, hace falta una política y lineamientos a corto, mediano y largo plazo que aborde estás tecnologías y sus efectos, que considere no solo los escenarios que ya se preconfiguran y se pueden imaginar, sino que se aprenda a gobernar de manera ágil y con la suficiente  flexibilidad para aprender y adaptarse a las dinámicas del momento.

Al considera la independencia y la soberanía más que tecnológica, tal vez debe plantearse en términos de independencia y soberanía en esta dimensión cultural, en el territorio y digital; ello pasa por montar, de ser necesario, plataformas y servicios propios que promuevan nuestras formas de vida y que ayuden con los cambios culturales que necesitan nuestros pueblos, que obedezcan a los propósitos de integración nacional y regional, más acordes con nuevas formas socioeconómicas orientadas hacia una reconexión armónica y sostenible con nuestra dimensión natural y con el otro.

Que se conozcan, reconozcan y valoren la dimensión cultural y las formas de socialización fuera de línea. Recuperar la calle, el territorio, el imaginario simbólico que compartimos, base de nuestra identidad, las culturas y comunicación popular. Tecnologías sí, pero supeditadas al país que queremos, a lo interno, en la región y en el orden mundial.

Con permiso del autor de una expresión que se ha hecho popular y universal, a tal punto que se ha hecho anónima, reparafraséandola se cierra está reflexión: “Habla y vive desde tu esquina y te harás universal”.

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