viernes, 20 de diciembre de 2024

Columna de Juan Martorano Edición 281: Planes militares por parte de Venezuela para recuperar la Guayana Esequiba. Quinta y última parte

 *JUAN MARTORANO                

Una vez hechas las consideraciones para la ejecución de la operación, en un segundo memorándum, se le informa al entonces Presidente Leone que:

      “En el estado actual de los asuntos, parece imposible adoptar una decisión definitiva. Como la acción no podría concebiblemente efectuarse antes de terminado el proceso electoral en Venezuela, es de presumir que la decisión final deberá contar con el asentimiento del Presidente electo”.

Sin embargo, en ese momento había decisiones que tomar, pues “[…] si no se adelanta ningún preparativo de aquí a la segunda semana de diciembre, para esa fecha será probablemente imposible en la práctica, aunque recaiga decisión favorable, proceder con la iniciativa.” Por tanto, se estima que son necesarias dos decisiones. La primera “[…] la de adelantar los estudios y preparativos hasta la proclamación del Presidente electo sin comprometer definitivamente a Venezuela ni crear situaciones irreversibles [sic]”. En segundo lugar, “[…] en conocimiento el Presidente Electo y con los elementos de juicio adicionales obtenidos en esa primera etapa, se decidirá si se lleva o no [sic] el asunto a sus últimas consecuencias”.

El desarrollo de los planes debía hacerse en el más absoluto secreto y discreciónSe sugirió la creación de una comisión permanente de los ministerios de Relaciones Interiores, Relaciones Exteriores, Defensa y asesores estrictamente indispensables, con dos reuniones semanales, que haría posible la planificación, ejecución y supervisión de las actividades, en constante contacto con el Presidente Leoni.

La ejecución del plan.

Todo indica que la decisión del Presidente Leoni fue la de seguir adelante con los preparativos de acción con respecto al apoyo de la secesión de la Guayana Esequiba.

En los días posteriores, se preparó el documento “Plan de levantamiento de la población de la Guayana Esequiba”, en el cual se trazaron las líneas generales de acción para el levantamiento de los habitantes de la región. El plan contemplaba que el levantamiento podría llevarse a cabo dentro de un plano de cuatro a seis semanas a partir de la orden de ejecución, e involucraría a dos regiones de la Guayana Esequiba: la parte meridional, por un lado; y por el otro, las regiones Noroccidental y Occidental.

La región meridional comprendía la región del Rupununi, que contaba con población compuesta por una minoría de rancheros y agricultores y la población indígena. En esta zona, los rancheros y agricultores tenían ya elaborado un proyecto que incluía tomar las estaciones de policía, carreteras, pistas de aterrizajes y aviones, y la neutralización de ciertos puntos críticos.

Las regiones Noroccidental y Occidental comprendían las zonas de Pomerón, Moruca, Noroeste, y Mazaruni-Camarang, integradas en su mayoría por población amerindia. Los dirigentes y activistas del Partido Amerindio estaban resueltos a participar en las revueltas, y los dirigentes tenían instrucciones de preparar grupos que se encargarían de los mismos puntos críticos, además de controlar vías de acceso terrestres y fluviales para neutralizar a los grupos armados guyaneses de la zona.

La finalidad del plan es que el día del levantamiento se proclamare […] que el Esequibo ha resuelto separarse de Guyana para convertirse en naciones independientes bajo la protección de Venezuela. (Destacado y Subrayado del articulista). Estas dos naciones, establecidas en el territorio esequibo, independientes de Guyana, y bajo el amparo de Venezuela, estarían compuestas por […] un estado al norte que incluiría las zonas del Noroeste y Mazaruni Camarang, se llamaría Amerindia [y] su capital estaría en Camarang […]; otro estado al sur, formado por la zona del Rupununi, […] se llamaría Rupununi y su capital sería Lethen.” (Destacado y Subrayado del articulista).

El cambio de los planes.

Las elecciones presidenciales en Venezuela para elegir al sucesor del entonces presidente Raúl Leoni a fin de completar el quinquenio 1969-1974 se realizaron como indicamos el 1 de diciembre de 1968. Un año antes, Acción Democrática, el partido gobernante de entonces, se dividía producto de descontentos internos surgidos por la escogencia del candidato presidencial. Esto permitió que Rafael Caldera, candidato del opositor partido COPEI, ganara con un estrecho margen del 0,89% y una diferencia de 20.000 votos. Este hecho, casi sorpresivo para el gobierno de aquel entonces, va a modificar radicalmente la política de la Cancillería en relación con la reclamación territorial de la Guayana Esequiba.

El 20 de diciembre, tal y como estaba previsto en los planes de la Cancillería, el Ministro de Relaciones Exteriores de entonces le informa al Presidente Electo Dr. Rafael Caldera de “los hechos y circunstancias relativos a un alzamiento en la región norte del Rupununi […]”.

El Canciller Iribarren Borges señala lo siguiente:

“Informé ampliamente al Dr. Caldera sobre los contactos tenidos con representantes de ese grupo de hacendados y con habitantes de la región, quienes habían venido a Caracas […] para pedir ayuda al gobierno venezolano en la realización de sus propósitos. Asimismo, informe al Presidente electo de varios memorándums contentivos de minutas de las conversaciones, consideraciones sobre la situación de la Guayana Esequiba, distribución de población y posibilidades de alzamiento en relación con nuestras gestiones reivindicatorias. El presidente electo oyó atentamente mi exposición y me manifestó que después de leer los memorándums me comunicaría su opinión. A fines de diciembre el doctor Caldera me informó telefónicamente que se iría a descansar a una playa cercana, pero que antes de dejar Caracas quería comunicarme su preocupación por los hechos que había llevado a su conocimiento, así como por las circunstancias que los acompañaban. Me pidió que lo mantuviera informado de los acontecimientos. “Destacado y Subrayado del Articulista).

El viernes 27 de diciembre, por instrucciones del Presidente Leoni, el Canciller Iribarren Borges convoca a una reunión al entonces Embajador de los Estados Unidos en Caracas en ese entonces, Maurice M. Bernbaum. El embajador se había entrevistado con anterioridad con el Secretario de la Presidencia, para tratar el mismo asunto. Bernbaum le comunicó al Ministro de Relaciones Exteriores que:

“[…] en Washington habían tenido la información de que Venezuela estaba prestando ayuda a un levantamiento de amerindios en el territorio de la Guayana Esequiba. Que según esos informes ese levantamiento podría coincidir con disturbios estimulados por el señor Jagan, líder de la oposición al gobierno. Pero que el levantamiento tendría lugar de todas maneras aun cuando Jagan no realizara ninguna agitación”.

El Embajador manifestó, igualmente las consecuencias que tendría el apoyo de Venezuela a tales actos:

Que el gobierno de los Estados Unidos también estaba sumamente preocupado porque en el caso que tuvieran lugar los acontecimientos violentos en la Guayana Esequiba y el Gobierno de Guyana llevara el asunto a las Naciones Unidas, los Estados Unidos se verían en el caso de votar junto con la Unión Soviética en contra de un país amigo”. (Destacado y Subrayado del Articulista)

La respuesta del gobierno venezolano de entonces, a través de su Canciller, es terminante: “Manifesté al Embajador de los Estados Unidos que eran absolutamente inciertos los informes que había recibido Washington, puesto que el Gobierno de Venezuela no tenía ninguna intervención, ni estaba propiciando ningún hecho de armas en la Guayana Esequiba”.

A pesar de la advertencia del gobierno de los Estados Unidos, la Cancillería de Venezuela tenía ya una posición firme con respecto a la revuelta:

El 28 de diciembre de 1968, el doctor Luis Herrera Marcano, Director de Política Internacional, en Santa Teresa, exigió a los jefes del levantamiento que pospusieran su comienzo, que tenían fijado justo para el 2 de enero. Y el 31 de diciembre, el mismo doctor Herrera Marcano, por instrucciones del Ministro de Relaciones Exteriores, quien a su vez las había recibido del Presidente de la República, informó con toda claridad en Santa Teresa, a la señora Valerie Hart, representante de los comprometidos en el alzamiento, que Venezuela no podía prestarles ayuda en sus propósitos.” (Destacado y Subrayado del articulista).

Sin embargo, el 2 de enero de 1969 la rebelión se inicia en las zonas de influencia de la Asociación de Ganaderos del Rupununi, como la tenían prevista, a pesar del pleno conocimiento de la nueva postura de Venezuela de no brindarles apoyo alguno. Los detalles de la rebelión como tal y de su aplastamiento tres días después por las FDG (Forces Defense of Guyana, por sus siglas en inglés) en coordinación y apoyo de fuerzas de Gran Bretaña, Brasil y Estados Unidos, las señalamos en las notas que escribimos cuando nos referimos a Valerie Paul Hart, una de las heroínas de nuestro Esequibo ignoradas por la historiografía oficial.

Lo que escribió Iribarren Borges:

Ya en la culminación del trabajo analizado en estas cinco entregas, Guzmán Mirabal transcribe la carta dirigida al Reverendo Padre Hermann González Oropeza, SJ, con fecha del 6 de febrero de 1970, por parte del ex canciller Iribarren Borges a este integrante de la Comisión Mixta y Experto sobre el tema del territorio Esequibo. En el referido documento epistolar, se puede leer lo que sigue:

Yo no creo que para este gobierno sea fácil tomar la decisión de arreglar el asunto mediante vías de hecho. Recuerdo muy claramente la actitud del doctor Caldera cuando le informé lo que pasaría en Rupununi. En esa oportunidad le llevé todos los documentos, informes, opiniones, proyectos, planes, etc. Ud. Sabe todo esto […] El gobierno de Leoni no podía ordenar ninguna acción sin la expresa aceptación de Caldera y éste no se manifestó a favor de la acción venezolana, habiéndose limitado a comunicarme telefónicamente que le parecía el asunto muy peligroso. Si Caldera hubiese estado de acuerdo, como Presidente Electo solo le habría bastado ponerse de acuerdo con el Presidente Leoni para ejecutar las acciones que considerarán conveniente (era muy sencillo hacerlo pues ya había tomado la iniciativa de pedirle su opinión a través de mí). Esto no sucedió y no fue porque yo me hubiese opuesto, que no lo hice. No pretendo criticar a Caldera ni a ningún otro de no haber tomado la decisión de proceder en aquella oportunidad que, indudablemente era muy favorable para las aspiraciones venezolanas. Comprendo las responsabilidades que asumirían. Únicamente estoy recordando la actitud de Caldera y la forma que adoptó para no mezclarse en un asunto cuyo curso dependía de su decisión.”  (Destacado y Subrayado del articulista).

Conclusiones.

Como lo señalamos al comienzo de estas entregas, esperamos con esto responder las interrogantes de nuestro pueblo sobre el por qué el Esequibo no se ha podido recuperar por la vía militar y quienes han tenido la voluntad real de recuperar ese territorio en disputa y con una reclamación bicentenaria.

Indudablemente como lo expresó Guzmán Mirabal en el trabajo comentado y en los documentos del ex canciller Iribarren Borges y otros analizados, que el Acuerdo de Ginebra abrió para Venezuela una ventana de 4 años desde 1966 a 1970 para negociar bilateralmente una solución práctica a la disputa territorial sobre la Guayana Esequiba. Nuestra Cancillería había previsto las consecuencias de la composición paritaria de la Comisión Mixta y buscó las maneras de aprovecharla a su favor. La estrategia de Guyana fue adoptar una postura intransigente y de tácticas dilatorias como buen país de origen anglosajón y de ir ocupando cada vez más territorios, y de ahí que Venezuela buscará alternativas distintas a las diplomáticas para la recuperación de ese territorio, y de ahí que emprendiera una serie de acciones que iban más allá de lo que el Acuerdo establece. Estas vías de hecho adoptadas por Venezuela obligarían a Guyana a tomar una decisión definitiva sobre el territorio en disputa, para beneficio de los intereses venezolanos. La ocupación de la isla de Anacoco, el decreto de Mar Territorial, la penetración hacia la Guayana Esequiba y el financiamiento de proyectos políticos afines a los intereses venezolanos serían algunas de estas acciones. El apoyo al levantamiento de los amerindios y de los rancheros serían claves para comprender hasta donde estaba dispuesta Venezuela a llegar para recuperar el territorio despojado. Un plan de acción bien aceitado que naufragó con los cambios políticos de Venezuela ocurridos a fines de 1968.

No solo es importante que apelemos a los títulos y al tema histórico, que indudablemente acá lo hemos hecho. El Estado venezolano debe tomar más acciones para la recuperación de ese territorio y ese va por mucho más allá de cedular a nuestros hermanos esequibanos y esequibanas, señalándoles que son tan venezolanos y venezolanas como el nacido en Caracas, Maracaibo o Puerto Ordaz. Hay que alimentar la identidad, conocer a la gente, sus héroes, tradiciones y costumbres como desde Guyana si lo están haciendo para hacer creer a los esequibanos y esequibanas que son guyaneses.

La composición etaria y racial no solo de Guyana sino en el propio territorio de la Guayana Esequiba es fundamental, ya que salvo la mayoría de afro guyaneses y afro esequibanos (habitantes de origen africano) que se identifican con Guyana, o los de origen hindú, los otros grupos étnicos son más proclives para reincorporarse a Venezuela. Ese trabajo lo viene realizando el gobierno del nuevo estado Guayana Esequiba que en su momento ya tendremos tiempo de comentar.

Como epílogo a este trabajo, en próximas entregas y estimamos que antes de la finalización del año 2024 escribir sobre la visita que hizo la líder fascista María Corina Machado al Esequibo en el año 2011, de cara a un eventual escenario oportunamente alertado por el profesor José Sant Roz, y del que detallaremos próximamente. Así que pendientes.

¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron sigue!

¡Independencia y Patria Socialista!                                                

¡Viviremos y Venceremos!*Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas (RENTSOC). jmartoranoster@gmail.comj_martorano@hotmail.comjuan.martorano@yandex.com. Cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta en Facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano




No hay comentarios: