José Sant Roz
- Un grupo de izquierda inició sus contactos con William Izarra en 1999
desde Mérida. Hacíamos nuestro trabajo desde el Taller de Literatura de
la Facultad de Ciencias, ULA. Allí teníamos una central de energía para
el debate, teníamos una editorial con más de veinte libros publicados,
teníamos un equipo de opinión que publicaba en cuatro medios regionales.
Nos declaramos chavistas a partir de 1995 cuando Chávez visitó nuestro
Taller, pero en 1998 al enfrentar nuestras baterías contra don Luis
“Corleone” Miquilena y sus adláteres, fuimos calificados por arribistas
de última hora en el MVR, de “antichavistas”. Fue una época de
nacimiento y por tanto de muchas confrontaciones ideológicas, dudas y
confusiones. Aquel MVR-Mérida estaba infiltrado por poderosos traidores
como Luis Velásquez Alvaray, quien llegó a ser Contralor del Estado
Mérida, luego diputado a la AN y más tarde magistrado al TSJ.
2- En enero de 1999 apareció mi artículo: "La mazamorra adeco-copeyana
del MVR", y cundieron por doquier amenazas de demanda en mi contra. Al
frente de los ataques estaba Luis Velásquez, y me enteré que en el
diario "Frontera", donde había aparecido mi artículo, se apersonó un
juez, con escribientes y abogados, indagando un montón de cosas sobre mi
persona, y paralizaron al periódico por más de dos horas. La radio y la
televisión local no hacían otra cosa que hablar de la demanda en mi
contra. Uno de los candidatos a alcalde de Mérida, me mentaba la madre a
los cuatro vientos. Entre los pocos que salieron en mi defensa estuvo
una señora revolucionaria chilena, muy culta, doña Elba Medel de Rivera,
quien con una dulzura y una vena poética conmovedora expresó que
meterse conmigo era hacerlo con ella.
3- El 25 de enero de 1999, el MVR hizo publica una nota contra mí,
señalando que yo me escondía tras un seudónimo para atacar a personas
decentes. Al tiempo que se gestaba aquella avalancha incontrolable de
infiltrados en el chavismo haciendo su trabajo de zapa en Mérida, lo
propio ocurría en Caracas contra William Izarra. Poco a poco William
Izarra se iría enterando a través de Ernesto Palacios Prü de la guerra
que se desataba en Mérida en mi contra. Ya para entonces yo sabía, que
William había sido en las Fuerzas Aéreas alumno de mi hermano Alirio
Rodríguez, por quien guardó siempre especial respeto y afecto. (Hace
pocos años, William recogió en un artículo recuerdos como estudiante
bajo la dirección recia y firme de Alirio. Mi hermano fue expulsado de
las FAV por enfrentar mafias dentro de esta institución militar. Luego
Alirio se estrelló pilotando un avión en las selvas de Guayana).
4- Para 1999, cuando me encuentro con William Izarra, su empaque es el
de un estratega: su porte todo, su estilo para analizar y expresarse,
sus excelentes condiciones físicas, su disciplina para el trabajo y la
manera organizada de llevar sus proyectos. Añadido a estas cualidades,
conservaba siempre un espíritu juvenil, valiente y decidido en las
circunstancias más difíciles, además de ser un hombre educado y culto.
5- En ese 1999, William Izarra está pasando por una especie de
renovación personal, una nueva fase de su existencia con cambios que
coinciden con las esperanzas e ilusiones que despierta la revolución que
apenas está encabezando el Comandante Chávez. Lo encontraba pleno de
juvenil confianza en sí mismo, galante con las damas, presta la palabra
alegre y la sutileza del elogio fino y lírico ante quien para él lo
mereciese. Según mis cálculos, William estaría rozando por entonces los
sesenta años.
6- Simultáneamente, en ese año de 1999, en medio de los hervores que
desata la Constituyente, en Mérida me estoy dedicando a participar en
multitud de conferencias y debates por distintos lugares (Tabay,
Lagunillas, El Vigia, Tovar, Torondoy, Pueblos del Sur), entre quienes
recuerdo compartimos estas discusiones con los profesores, como Pino
Pascuzzi o Ernesto Palacios Prü, Giandomenico Puliti, Pedro Durant,
Douglas Rivera, Arístides Arellán, Alberto Arvelo, Rafael Méndez, J. E.
Ruiz Guevara, Simón Rosales, Julio César Vargas, Francisco Alirio
Guillén, Juan Carlos Granados y José Ascacio Zerpa….
7- El 5 de enero de 1999 ocurre el allanamiento, por un juez, el diario
"Frontera", buscando información sobre mi artículo "La Mazamorra
adeco-copeyana". La cúpula del MVR-Mérida llevó a cabo esta descabellada
arremetida. Entraron al diario con escándalo, tomándole declaraciones a
todo el mundo, registrando las oficinas y buscando mi artículo.
Paralizaron el diario por dos horas.
8- Es don Luis “Corleone” Miquilena quien desde el MVR emprende sus
ataques contra William Izarra, y lo acaban marginando y apartando del
Comandante Chávez. Don Luis Miquilena consideraba las ideas de William
como “peligrosamente radicales”. Todo esto se viene dando en esos
primeros meses, terribles, de 1999, y la derecha está moviendo sus
piezas para dar los sus zarpazos, provocar un paro nacional, llamar a su
gente para una manifestación multitudinaria y junto con un centenar de
oficiales echarlo abajo. La defensa y movilización populares se hacían
inevitables para contrarrestar la amenaza de Fedecámaras y la CTV, y a
Miraflores se fue William Izarra con su proyecto de Democracia Directa,
uno de sus planteamientos era buscar la manera de armar al pueblo.
Miquilena se escandaliza ante sus ideas. William era miembro del extinto
Congreso de la República, era Senador, por lo que de inmediato comienza
a ser relegado desde el propio MVR. Aquí comienza una fractura dentro
del frente revolucionario que acabará arrasando valiosos cuadros de
luchadores, que equivocadamente llegan a ser calificados de
ANTICHAVISTAS.
9- Mis primeras conexiones con William Izarra se producen a través de un
amigo común, el médico y director del Centro de Microscopía Electrónica
de la ULA, doctor Ernesto Palacios Prü. Nosotros contábamos en la
Facultad de Ciencias de la ULA con el mayor centro de discusión política
de la ULA, y ya, en 1995, habíamos realizado importantes talleres
ideológicos con la presencia del Comandante Hugo Chávez, Hernán Gruber
Odreman, Francisco Visconti, Luis Alfonzo Dávila, entre otros. Unos
talleres que denominamos ENCUENTRO DE DOS REBELIONES. Cuando Palacios
Prü sale electo Senador en 1998, por el MVR, un día me lo encuentro en
su laboratorio, y me habla muy emocionado del proyecto político de
William Izarra; me dice que es un gran revolucionario, que tengo que
conocerlo. Cada vez que me encontraba con Ernesto no dejaba de
repetirme: "-¡William, vale! Tienes que conocer a William Izarra, José".
Planificamos viajar a Caracas, discutir todos los interesantes temas
que me pasaba Palacios Prü de William, nosotros desde Mérida les
añadimos otros y concretar crear una alianza revolucionaria para
radicalizar la lucha desde Mérida.
10- El 12 de enero de 1999, aparece en la prensa regional del Mérida, el
artículo de Sinforiano Guerrero Lobo: “Sant Roz a la Constituyente”. En
él se plantea casi al final: “... muchos otros de este Estado y de este
país esperamos que Sant Roz acepte el reto, acepte ese compromiso y
hasta esa deuda que tiene con Venezuela. Está muy bien que escriba y su
metralla ahora se concrete en acciones demoledoras desde el terreno de
la acción directa como miembro de una Constituyente. Que se corra la
voz, amigos y ciudadanos sin partidos... ”
11- Tres días después de este artículo, me encuentro con Ernesto
Palacios Prü (quien, debo agregar, era amigo de mi familia desde los
años sesenta, cuando llegamos a vivir en el mismo edificio San Elías, en
Bello Monte). Estaba candente la situación en el Estado de quién debía
encargarse de la dirección del MVR…, y la lucha interna era devastadora,
todo sustentado desde Caracas, por el poder intrigante de don Luis
Miquilena.
Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.
jsantroz@gmail.com @jsantroz
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