Mariadela Villanueva
Ver y rever el material relativo a lo ocurrido en nuestra Patria entre el 11 y el 13 de abril de 2002 produce en mí reacciones contradictorias. Por un lado me hace revivir una montaña rusa de emociones compartidas - sorpresa, angustia, desesperanza, miedo, rabia- que afortunadamente desembocaron en una explosión de alegría retadora recordada en la consigna "A cada 11 le llega su 13". Y por el otro, me indigna cada vez la magnitud del daño hecho a todos los venezolanos por los autores intelectuales de los crímenes y los medios a su servicio.
Medios que sin ningún reparo distorsionaron información recogida in situ y la difundieron como batacazo noticioso alrededor del mundo, para justificar el golpe de estado y destruir la imagen del presidente Chávez. Difusión que reforzó los prejuicios cultivados dentro y fuera de nuestro país contra el naciente proceso bolivariano y dotó de soporte local a la asquerosa campaña de falsedades urdida por los amos del gran capital para ser difundida a través de los monopolios supranacionales de comunicación.
Campaña muy bien orquestada, salpimentada como es lógico por enemigos políticos propios y ajenos y tomada como como palabra santa por sencillos trabajadores que sueñan con irse del país para liberarse del "régimen castro comunista". Principales víctimas/victimarias de la manipulación mediática que aun a estas alturas dudan de la existencia y el alcance del bloqueo, creen que las sanciones sólo afectan al gobierno y repiten sin filtrar cualquier barbaridad en contra del presidente Nicolás Maduro y su equipo.
Víctimas/victimarias que solo se tomaron en serio la pandemia cuando el virus empezó a afectar a su gente. Que no sienten ninguna responsabilidad social y son capaces de partir al más allá calladitos en su casa con tal de no avisar que están enfermos. No vaya ser que el gobierno los obligue a internarse en un hospital o en un sitio tan repugnante como El Poliedro donde serían atendidos por cubanos que "como todos sabemos, no son médicos".
Victimas/victimarias que omitiendo el acaparamiento de las vacunas en el mundo y desconociendo eso que ellos llaman la "situación país" exigen vacunas para todos ya. Tan miserables como para tratar de soliviantar al pueblo difundiendo imágenes falsas de muy mal gusto, inventando que están inyectando a dos personas con una sola dosis de la vacuna o que no hay recursos para adquirirlas porque el Gobierno gastó millones y millones de dólares en la compra del CARVATIVIR, producto de un experimento fracasado, desechado por los cubanos.
Visión enajenada y enajenante de la realidad que obviamente no se limita al tema del COVID sino que abarca todo lo que ocurre o creen que ocurre a su alrededor, afectando gravemente a las nuevas generaciones educadas y formadas por ellas y ellos…
Leales siempre, traidores nunca
Analista y comunicadora. Socialista y chavista. Firme creyente del poder popular
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