domingo, 4 de abril de 2021

Conflicto armado en La Victoria, Apure. Acercamiento a su caracterización

 


Venezuela vuelve a ser noticia en todo el globo. Nuevamente los medios del mundo le dedican espacio, tiempo, centimetraje. Cada vez que eso ocurre hay una trama detrás, oculta. Cada vez que eso ocurre hay mucho para analizar, mucho para desenmascarar. Una primera mirada a la actualidad de lo que ocurre en Venezuela, a los hechos y al tratamiento que medios y redes sociales le están dando, permite detectar las señales usuales que caracterizan las operaciones de agresión extranjera, en las cuales se activan simultáneamente y de forma articulada, además del frente económico siempre en despliegue, el frente mediático, el frente político/civil, el frente diplomático y el frente militar, que es, en los actuales hechos, el epicentro.

Para abordar este análisis, debo aclarar que me baso en fuentes de distinto origen: monitoreo de redes sociales y sitios web, intercambio de información y análisis con personas dedicadas a la comunicación social, principalmente audiovisual y digital, y sobre todo, como insumo principal, información y análisis obtenido de primera mano en el terreno en el cual se está desarrollando el conflicto (audios, vídeos, fotografías, entrevistas, registro de asambleas, documentos políticos), por parte de compañeros y compañeras de organizaciones sociales y políticas con años de profunda construcción en la zona, y por parte de comunicadores y comunicadores populares, periodistas militantes desplegados en estos momentos en el terreno. Esto, además de un conocimiento propio del municipio Páez y de las dinámicas fronterizas obtenido en años de militancia política y comunicacional en esa zona del país.

II
El conflicto armado contra Venezuela, tantas veces analizado y tantas veces anunciado como posible, está ahora en desarrollo, ha comenzado adentro de nuestro territorio. Y ha comenzado tal y como los análisis lo predijeron: de forma irregular, híbrida, no convencional, tercerizada y repleta de máscaras.

La tarea de violación de la soberanía, de provocación, de penetración y ocupación territorial le correspondió a un grupo narcomercenario comandado por Alias Arturo, desprendido e independizado de la FARC, cumpliendo la tarea asignada por la oligarquía colombiana a través del gobierno colombiano que dirige Iván Duque.

Es necesario comprender esto: el grupo narcomercenario comandado por Alias Arturo (y sus operaciones en territorio venezolano) es solo una pieza de todo un complejo plan de agresión. Y es necesario comprender también que no se trata de un grupo o movimiento revolucionario alzado en armas contra el Estado opresor colombiano, sino justamente de todo lo contrario: un grupo criminal, mercenario, al servicio de la oligarquía y el Estado colombiano no solo como parte del control que este tiene del negocio del narcotráfico y todas las formas de la economía del crimen, sino como instrumento para el plan de agresión a Venezuela.

La Fuerza Armada Nacional Bolivariana ejecutó el 21 de marzo en La Victoria, estado Apure, una ofensiva armada contra este grupo, en una operación ineludible dadas las informaciones recogidas en el terreno sobre la actuación de este grupo, y dado el análisis que indicaba que los narcomercenarios actuaban como punta de lanza de una operación trazada con la perspectiva de escalar a un conflicto mucho mayor.

Luego de transcurridos diez días, el desarrollo de los hechos confirma que la ofensiva de la FANB fue correcta. Había que actuar. El despliegue articulado de la operación en todos los frentes así lo confirma.

III

El frente militar tiene las características de guerra de guerrillas, de conflicto asimétrico. Las operaciones responden a un plan estructurado de ataque focalizado, de ataque a pequeños objetivos, algunos militares y otros civiles (el primero, fue el estallido de minas el día de inicio de la operación, en el que un mayor y una teniente fallecieron; el segundo fue la voladura del Seniat y una alcabala; el tercero, fue el ataque a la camioneta de Corpoelec; el cuarto la voladura de la alcabala de Tres Esquinas; el quinto, la voladura de la alcabala de La Charca; el sexto, el ataque de ayer en El Ripial, donde atacaron con con granadas autopropulsadas un tanque BTR 80M). El objetivo operacional no es tanto infligir daño militar sino servir de base y punto de partida para operaciones psicológicas y mediáticas.

El frente político/civil implica, en lo territorial/local, la penetración del territorio en términos sociales, la construcción de una estructura social local de apoyo y colaboración. También, en una dimensión mayor, la conexión y articulación con Organizaciones No Gubernamentales, activistas políticos y de derechos humanos, así como con instituciones del Estado colombiano. Aquí entran organizaciones civiles como Fundaredes, Fundación Joel Siera, Comité Permanente por la Defensa de Derechos Humanos (CPDH), y activistas como Javier Tarazona.

El frente mediático es, de todos, quizá el más complejo y el de mayor despliegue. Tiene dos líneas de acción: 1) operaciones psicológicas de terror sobre la gente de la localidad, 2) construcción de matrices mediáticas internacionales. La primera línea se ejecuta principalmente a través de grupos de WhatsApp creados ad hoc por operadores mediáticos del grupo narcomercenario. De estos existen decenas en La Victoria, que agrupan a miles de personas. Por esta vía se ponen a circular audios, fotos, videos, memes, mensajes, todos dirigidos a sembrar, previamente a que los hechos ocurran, los elementos centrales de las matrices de opinión; allí, además, se concreta la forma más directa de terror, amedrentamiento y amenaza sobre la población de La Victoria.

En esos grupos circularon todos los fundamentos, “pruebas” y datos de lo que terminaron siendo las operaciones mediáticas sobre los ataques a la FANB, sobre las personas que han muerto, sobre las supuestas violaciones a DDHH. Lo central aquí es que el objetivo de esa línea es mantener el terror sobre la gente para que siga huyendo hacia Colombia y para que los que cruzaron no regresen. Esto, en la medida en que la supuesta crisis humanitaria de desplazados causada por los enfrentamientos y por las violaciones masivas a DDHH supuestamente cometidas por la FANB, son el discurso con el cual pretende internacionalizarse el conflicto y escalarlo.

La segunda línea de acción del frente mediático es la de los medios y redes sociales. Esta corresponde a quienes elaboran comunicacionalmente la “información” surgida de los grupos y operadores mediáticos del grupo narcomercenario. Se desarrolla como una cadena que se activa para la progresiva amplificación de los mensajes: cuentas en redes sociales de medios locales y periodistas (por ejemplo, Arauquita Activa, Noticias de Arauca Colombia, Replica Arauca–noticias digital) y cuentas de redes sociales de ONGs y activistas de derechos humanos como Fundaredes y Javier Tarazona, PolíticaEntrePanas, Junior Parra, hasta que finalmente se internacionaliza en forma de noticia con medios en Miami, Venezuela y la misma Colombia: Infobae, Caracol, NTN24, EVTV Miami, Tal Cual, La Patilla, El Pitazo, VPitv, El Tiempo y un largo etcétera.

Hay una línea directa y continua ente los datos, audios, videos y fotos que distribuyen los operadores narcomercenarios en los grupos de WhatsApp y lo que publican los medios que los internacionalizan sin verdadera investigación ni verificación periodística. Así se cumple el objetivo. La matriz se siembra en la gente del territorio y se amplifica e internacionaliza para ser útil a los fines políticos del plan de agresión.

El frente diplomático, por su parte, implica las acciones políticas y mediáticas que vienen a cerrar el círculo para que el conflicto deje de ser un enfrentamiento meramente focalizado en un territorio y se convierta en una acción más del plan conjunto e integral que EEUU dirige contra Venezuela. Se concreta con declaraciones de altos funcionarios del gobierno colombiano como el Ministro de Defensa, altos voceros del gobierno de EEUU como el Jefe del Comando Sur, Craig Faller, la introducción de denuncias ante la Oficina de la Alta Comisionada de DDHH de la ONU por parte de exdiputados de la anterior Asamblea Nacional.

* Jefe del Comando Sur: Venezuela es un paraíso para narcotraficantes 

https://www.diariolasamericas.com/america-latina/jefe-del-comando-sur-venezuela-es-un-paraiso-narcotraficantes-n4219336  (Diario de las Américas. 25 de marzo de 2021)

IV

Estos son algunos elementos del conflicto que acaba de iniciarse, el conflicto al que nos enfrentamos como país. Tiene muchas aristas y es complejo. Pero tiene un rasgo central: es híbrido, asimétrico e irregular. Por lo tanto, la respuesta, para ser efectiva, debe ser igualmente híbrida, asimétrica e irregular.

En el terreno, la FANB enfrenta un enemigo que tiene décadas de experiencia en guerra de guerrillas y en prácticas y métodos terroristas, que sabe moverse en la sombra porque funciona adentro de los entramados de la economía del crimen, que carece de escrúpulos, que ha construido vínculos y estructuras de soporte en el tejido social existente en el territorio en el que se desarrolla el conflicto y está integrado a ese tejido social. Es un enemigo que somete y oprime a la población, a la vez que la conquista, por la vía de la amenaza y el amedrentamiento.

En los medios de comunicación, nos enfrentamos a un enjambre altamente organizado, técnicamente preparado, tecnológicamente dotado, estratégicamente cohesionado y dirigido, y sólidamente financiado no sólo de forma directa por el Departamento de Estado de Estados Unidos, sino por el narcotráfico.

Enfrentar y salir victoriosos ante esta nueva agresión, implica para Venezuela un esfuerzo simultáneo en todos los frentes de batalla. En el territorio y en el frente militar, contamos con la doctrina de unidad cívico-militar, que implica el desarrollo simultáneo de acciones armadas, políticas y sociales: el terreno principal de esta batalla es la gente del territorio, su afecto, su apoyo, su respeto, su subjetividad. En la dimensión mediática, hay que enfrentar el despliegue del enemigo, disputar la verdad, desmontar sus matrices y pasar a la ofensiva en el posicionamiento de la verdad, lo cual implica un enorme esfuerzo creativo, discursivo, simbólico y estético, así como organizativo. En términos políticos y civiles, la gravedad del conflicto exige que las organizaciones sociales y políticas se sumen, de forma cohesionada y en máxima unidad, a la batalla: solidaridad, acompañamiento territorial, movilización, despliegue organizativo, de discusión, debate e información por la verdad y la claridad de la gente en todo el país y en el espectro de las organizaciones sociales y políticas aliadas (y potencialmente aliadas) del mundo.

V
Este análisis y esta caracterización somera del conflicto que acaba de iniciarse contra nuestra Venezuela pretende aportar al debate, encender alarmas, abonar a la comprensión y conciencia de la muy grave amenaza sobre la paz de Venezuela. Cada argumento y reflexión está soportado por información pública y periodística precisa, datos, fuentes territoriales. La urgencia de comunicar los argumentos y el análisis impiden desarrollar, ejemplificar, desbrozar cada prueba, cada dato. En sucesivas entregas iré haciendo ese trabajo.

Este trabajo fue publicado originalmente en la web de la Corriente Revolucionaria Bolívar Zamora



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