Juan Martorano
Ciertamente han transcurrido 48 horas de la realización de las Elecciones Primarias Abiertas (EPA) en donde se ha definido buena parte de las candidaturas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para alcaldías y gobernaciones y próximamente debe completarse la lista con las nominaciones a diputadas y diputados a los parlamentos regionales y de concejales y concejalas a las cámaras municipales en el país. A su debido momento, espero realizar algunas apreciaciones con respecto a este proceso, ya que pese a ser mega elecciones debido a la cantidad de cargos a elegir, sin embargo, hay particularidades regionales y locales que podrían tener incidencia en los resultados que allí se están arrojando, y de hecho dentro del híbrido de este proceso del PSUV está teniendo impactos a considerar.
Pero no quería dejar pasar por alto, porque para el momento en que este tema surgió, escribía casi que en tiempo real la edición anterior a esta columna, donde formulé mis apreciaciones sobre las EPA. Algunas hipótesis las acerté, otras no, pero bueno, como ejercicio de análisis prospectivo creo que no estuvo nada mal.
Pero el tema al cual me refería tiene que ver con el anuncio por parte del Banco Central de Venezuela sobre la entrada en vigencia a partir del 1 de octubre del presente año de una nueva reconversión monetaria, que ha sido denominada por las autoridades monetarias del país como "Bolívar Digital".
Si recuerdo que en aquella oportunidad señalé que el referido anuncio tendría algún impacto sobre los niveles de participación en las EPA, y creo que no me equivoque al señalar esto.
Si quiero dejar en claro, antes de entrar en algunas consideraciones al respecto, que no soy experto en el área económica. Analistas como Pascualina Curcio y otros mucho más conocedores del tema y, por ende, más calificados, podrían explicar con mucha mayor propiedad que yo sobre este tema.
Lo que sí puedo hacer es realizar lo que, desde mi punto de vista, serían las consideraciones de índole político con respecto a la adopción de esta medida económica en pleno desarrollo de una contienda electoral.
No puedo dejar pasar por alto que, para el momento en que escribo estas líneas y sean publicadas, se realizan en México preparativos para el establecimiento de una Mesa de Diálogo para desarrollar una serie de negociaciones de carácter político entre la vocería del gobierno del presidente Nicolás Maduro y diferentes actores pertenecientes a los sectores de las oposiciones en el país, a fin de lograr acuerdos para aliviar en parte la actual situación que afronta el país.
Una de esas medidas tiene que ver, y es una de las condiciones que le ha establecido el presidente Maduro al sector más extremista de la oposición (Guaidó, López, Ledezma, Machado y CIA) de hacer las diligencias correspondientes ante el gobierno de EEUU para el levantamiento de las medidas coercitivas unilaterales (MCU) mal llamadas sanciones. Para lograr la restitución de la calidad de vida de la población, debido a la utilización de la precarización de las condiciones de vida de nuestra población como arma política para lograr un cambio de régimen en Venezuela.
Si bien es cierto que esta estrategia ha fracasado rotundamente en su objetivo central, no obstante, las heridas que ha ocasionado en el cuerpo de la República y en su economía no son cualquier cosa, y necesario es solventarlas cuanto antes. Importantes sectores de nuestra población sufren con ello, independientemente del signo ideológico que profesen.
Indudablemente que la adopción en estos momentos de una medida económica de esta naturaleza resulta totalmente desagradable y genera todo tipo de rechazos por parte de importantes sectores de nuestra población, sobre todo los más vulnerables. De hecho, se puede caer en el error de que esta medida resultaría improvisada. Calificar el acierto o no de la misma no me corresponderá a mi hacerlo, pero de tildarla de improvisada sí que no lo es.
Este argumento lo esbozó debido a que desde hace mucho tiempo el gobierno de Nicolás Maduro y el Banco Central de Venezuela vienen trabajando esta medida y escenario con el acompañamiento y asesoría de la República Popular China y Rusia (concretamente desde el año pasado), y sobre todo que no podemos obviar el escenario de hiperinflación que vivimos debido a la manipulación del tipo de cambio del dólar, varias veces explicado por la profesora Pascualina Curcio.
Por ello, las operaciones de guerra psicológica que se realizaron algunos días atrás obedecían a algunos datos que se filtraron, pero que algunas personas con intenciones perversas tergiversaron y manipularon, obedecían a un cronograma y a un plan a implementar.
También debemos tomar debida nota sobre la aceleración de la especulación cambiaria desde finales del mes de mayo del año en curso, todo ello con el claro objetivo de incidir en el ánimo electoral de nuestra población de cara a las EPA del pasado 8 de agosto de 2021 y las mega elecciones del 21 de noviembre de 2021, recordando que el voto en nuestro país es más emocional que racional.
Sabemos que el dólar, la especulación cambiaria que viene ocurriendo en estos momentos en el país no tienen que ver con parámetros económicos o econométricos como lo señalan los expertos, sino por consideraciones eminentemente políticas. En ese sentido, esta es una variante difícil de controlar en el actual escenario.
Indudablemente que la implementación de esta reconversión no es la solución al problema de la hiperinflación ni a la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras en el país. Es sólo la expresión en una escala menor (todas las cantidades deben dividirse y convertirse a partir del 1 de octubre entre un millón 1.000.000) a los fines de facilitar las transacciones en nuestro sistema financiero, y sobre todo en el último trimestre del año, que es cuando históricamente se incrementa el consumo debido a las festividades navideñas, y se observa cierto dinamismo en nuestra economía.
Por ello, que la entrada en vigencia del Bolívar Digital es propicio para la generación de un buen debate en materia económica en el país. Lo que si debemos señalar responsablemente, y desde el punto de vista de varios analistas que coincidimos con esto es que, tomando en cuenta las condiciones del sistema político venezolano, más el cronograma electoral, lo peor que podría hacer el Gobierno Bolivariano encabezado hoy por Nicolás Maduro es el de quedarse inmóvil.
Habrá que esperar las medidas complementarias que adopte el Ejecutivo al momento de la implementación de esta reconversión. Ya que algunos inescrupulosos que se llaman comerciantes han utilizado como excusa la entrada en vigencia de esta medida económica para que, junto a la manipulación del tipo de cambio, incrementar de manera inclemente los precios de alimentos, medicamentos, bienes y servicios necesarios para nuestro pueblo.
¡Ojo pelao!
¡Bolívar y Chávez viven! ¡Y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
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