*JUAN MARTORANO
A 960 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en el inicio de la semana 138 de esta contingencia, y siendo el lunes 31 de octubre de 2022, debo referirme sobre los resultados de la segunda vuelta de los comicios presidenciales y de 12 gobernaciones en la República Federativa de Brasil.
Pero antes de hacerlo, no puedo dejar de recordar para el momento en que escribo estas líneas, que un día como hoy estuviese cumpliendo 80 años el cantor del pueblo, el panita Alí Primera. Y creo que lo ocurrido en Brasil es una manera también de honrar su memoria. Honor y gloria para Alí Primera, y en su homenaje señalamos que no muera la esperanza, el combate y el amor.
Con un padrón electoral de 156.453.354 electores y electoras, sufragaron 118.552.353, para un 75,77% de participación, y 37.901.001 se abstuvieron para un 24,23% de abstención en estas importantísimas elecciones. Luis Inácio Lula Da Silva obtuvo 60.345.999 para un 50,90% de los votos válidos emitidos y el actual mandatario y aspirante a la reelección, Jair Bolsonaro obtuvo 58.206.354 votos para un 49,10% de votos obtenidos.
Esto como primer punto del análisis nos confirma lo que 48 horas antes habíamos expresado varios analistas, de que acudiríamos a una de las elecciones presidenciales más polarizadas en Brasil durante los últimos años. Ya que la diferencia entre Lula y Bolsonaro fue de apenas 2.139.645 votos y una diferencia porcentual de apenas 1,80 puntos.
Esto desde el punto de vista constitucional y legal no deslegitima en lo absoluto la elección de Lula Da Silva, que a partir del 1 de enero de 2023 iniciará un tercer período presidencial en el gigante amazónico, pero hay que saberle dar la correcta lectura política de los mismos, puesto que Bolsonaro, aun no siendo reelecto para 4 años más al frente de los destinos de Brasil, sin embargo tiene una importante fuerza dentro del parlamento y dentro de estados en Brasil.
Tan es así, que para el momento en que escribo estas líneas, y más allá de las informaciones que obtuve sobre las lágrimas y la desesperanza que se apoderó de los partidarios del aun presidente de Brasil, al conocerse los resultados sobre el triunfo de Lula, que Bolsonaro no ha salido a reconocer el triunfo de Lula, y de hecho las informaciones que manejo es que este aprovechó de conectarse en el metaverso para realizar una reunión con su gabinete.
Ni siquiera se ha hablado de cuando éste recibiría a Lula para iniciar la transición y establecer las diferentes comisiones de enlace, como se estila en este tipo de situaciones.
Pero un buen compañero me señalaba, y comparto su apreciación, que Bolsonaro, más allá de las bravuconadas que inicialmente hizo, probablemente en las próximas horas reconozca el triunfo de Lula Da Silva, ya que de seguir en una posición suicida de desconocer los resultados de ayer domingo, implicaría que éste con un excelente capital político y buen desempeño en estos comicios (44% en la primera vuelta y 49,10% en la segunda) pierda el apoyo de algunos sectores “democráticos” que lo apoyaron. Lo inteligente sería que reconociera los resultados y aproveche la mayoría aplastante que tiene en el Congreso donde podría establecer una cruzada anti PT (Partido de los Trabajadores donde milita Lula) que podría desembocar en un impeachment, tal y como sucedió con Dilma en 2016.
Y los votos los tiene para ello, ya que en la edición anterior de esta columna señalamos como está la composición de ambas cámaras para ello.
Y tan es así, que ayer no sólo eran los comicios de segunda vuelta para las presidenciales de Brasil, sino también para 12 gobernaciones para completar el cuadro de 27 que conforman la geografía brasilera. En la primera vuelta se definieron 15, de las cuales 10 son controladas por partidarios de Bolsonaro y 5 por partidarios y alianzas pro Lula. Ahora señalaré como quedó la correlación de fuerzas regional definidas ya estas 12 entidades federales.
Por ejemplo Sao Paulo, el estado que constituye el motor económico de Brasil, fue ganado por Tarcisio Gomes De Freitas, ex ministro y partidario de Bolsonaro, derrotando a Fernando Hadad, ex ministro de Lula, su compañero de fórmula a la vicepresidencia en 2018 y sustituto de Lula cuando este fue encarcelado y compitió en las presidenciales de ese año, siendo derrotado por Bolsonaro. En esta oportunidad, Hadad, quien fue alcalde de Sao Paulo, obtuvo el mejor resultado histórico para el PT en esa zona de Brasil, pero no le bastó para el triunfo, en una región que durante años estuvo bajo el control de la derecha moderada, pero que ayer dio un giro de tuerca y ahora será controlada por la ultraderecha brasilera.
En Rio Grande Do Sul triunfó el actual gobernador Eduardo Leite, quien se alió a Lula como político gay y que intento ser nominado presidencial por su partido el PSDB. Este partido controlará tres estados: Rio Grande Do Sul, Matto Grosso Do Sul y Pernambuco. Con esta derecha Lula no tendrá problemas para dialogar y establecer algunos acuerdos en pro de la gobernabilidad de Brasil.
La victoria en Pernambuco es especialmente curiosa. Raquel Lyra será una gobernadora conservadora en el Estado natal de Lula y en medio de la región más progresista del país, el noreste. La futura mandataria pasó la campaña negándose a contar a quién votaría en la segunda vuelta por miedo a perder votos, lo que sus adversarios identificaron como un apoyo a Bolsonaro. Su rival era otra mujer, Marilia Arraes, una rareza en unas elecciones marcadamente masculinas. En lo personal, Lyra tuvo que afrontar una campaña muy difícil: el día de la votación del primer turno, su marido, de 44 años, murió súbitamente.
Para el PT, uno de los pocos triunfos sin matices llegó desde el estado de Bahía. El conocido alcalde de Salvador, ACM Neto, de centro-derecha, estuvo a punto de lograr el hito histórico de arrebatarle a la izquierda uno de sus bastiones, pero al final se impuso el candidato apoyado por Lula, Jerônimo Rodrigues. El futuro gobernador baiano empezó la campaña electoral siendo un absoluto desconocido, pero creció gracias al respaldo de Lula y a algunos tropiezos verbales de ACM Neto, un hombre de piel clara que se autodefinió como mestizo en el Estado más negro de Brasil.
De los 12 Estados que se decidían en esta segunda vuelta, cinco quedaron en manos de gobernadores abiertamente bolsonaristas (São Paulo, Mato Grosso do Sul, Rondônia, Santa Catarina y Amazonas); cuatro fueron para el PT o más afines a Lula (Bahía, Alagoas, Espírito Santo y Paraíba) y tres estarán gobernados por un centro-derecha moderado (Rio Grande do Sul, Pernambuco, Sergipe).
De los 15 gobernadores elegidos el 2 de octubre, nueve declararon apoyo a Bolsonaro y seis a Lula. En esa primera ronda, el líder de la extrema derecha ya consiguió hacerse con bastiones importantes, sobre todo Río de Janeiro, donde inició su carrera política, y Minas Gerais, el segundo Estado más poblado del país y que es clave para decantar el resultado electoral.
En Minas, se esperaba que el triunfo del gobernador Romeu Zema, un liberal que aparentaba ser neutral pero que acabó jurando fidelidad a la ultraderecha, fuera clave para conseguir votos para el presidente para decantar la balanza a nivel nacional, pero la estrategia no funcionó. Aunque Minas votó a un gobernador conservador, para presidente la mayoría de sus habitantes optaron por Lula.
Esto demuestra que pese a que Lula ha triunfado, le tocará demostrar grandes dotes de estadista, debido a que la derecha se ha quedado con un gran poder territorial (por lo menos 14 de 27 gobernaciones son controladas por ellos y 13 por partidarios de Lula, tomando las alianzas del PT con sectores de la socialdemocracia y de la derecha moderada en Brasil).
Pero es bueno, como corolario de estos análisis preliminares que presentó a continuación. Que hay que tomar en cuenta los siguientes elementos:
1.- Brasil es una de las 10 economías más poderosas del mundo.
2.- Lula gobernó con la derecha en sus dos períodos anteriores y debe hacerlo y con más razón (fue vilmente satanizado literalmente- y sometido al linchamiento mediático y judicial) en este tercer gobierno.
3.- El tema religioso fundamentalista yankee-imperialista instalado en Brasil ha modificado el imaginario en Brasil y LO ESTÁN HACIENDO EN VENEZUELA. Por eso el programa Dossier del 30 de julio de 2019 que comenté en cuatro ediciones de esta columna.
4.- No podemos pedirle a Lula en esta nueva etapa que le toca afrontar y tomando en cuenta a 20.000 militares como funcionarios de gobierno con pensamiento facho, que haga un gobierno que no ofreció. La capacidad de maniobra y de diálogo se impone, sobre todo porque a partir del 1 de enero penderá sobre él cual espada de Damocles la amenaza de un impeachment, como ya señalaba párrafos más arriba.
5.- Lo de Lula es verdaderamente una «RESURRECCIÓN» Preso, salud deteriorada, todo el poder del Estado y poder religioso en contra, con el poder LEGISLATIVO en contra (más de 20 partidos).
Así que el contexto histórico es totalmente distinto a los tiempos de Chávez, Evo, Kirchner, Lula. A la década de oro de principios del siglo 21 con esta primera oleada de gobiernos progresista y de izquierda en el continente.
6.- El tema CULTURAL es clave para la Izquierda en Nuestra América.
7.- Tenemos un la gran debilidad histórica Hoy nos hacen falta pensadores, teóricos, científicos sociales, investigadores que descubran, los mecanismos psicosociales que inducen a los pueblos al odio, fascismo y tendencia al pensamiento troglodita.
8.- Sin olvidar que hay un sector de la población que ha sido armada «paramilitarizada» por Bolsonaro.
9.- Que le reconozcan que GANÓ debe ser el primer objetivo que ya es bastante, y esa por lo menos aun es una tarea pendiente.
10.- A partir del 1 de enero de 2023 viene la oportunidad más grande que ha tenido nuestra América para la integración: los países de mayor territorio, población y capacidad económica comparten una vocación integradora, por lo que Washington ya no podrá seguir jugando al ajedrez geopolítico poniendo a unos contra otros… Ahora es responsabilidad de nuestros gobernantes estar a la altura del momento político y dar pasos decididos en concretar al fin el sueño de nuestros Libertadores.
La presidencia de Lula es clave para con su liderazgo contribuir a subsanar las diferencias internas entre gobiernos de izquierda en Suramérica, como Chile e incluso Guyana con Venezuela y ayudar a mejorar la gobernabilidad en Perú mientras se da la reactivación del Mercosur con Argentina.
Y seguramente ya Argentina será nuestra próxima parada en el 2023, cuando haya elecciones generales en ese país. ¿Será Cristina la candidata y volverá como volvió Lula?
Ahí se las dejo
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y patria socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
* Abogado, Defensor de Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiteros y Tuiteras Socialistas. , jmartoranoster@gmail.com, j_martorano@hotmail.com , juan_martoranocastillo@yahoo.com.ar , cuenta tuiter e instagram: @juanmartorano, cuenta facebook: Juan Martorano Castillo. Canal de Telegram: El Canal de Martorano.
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