Esmeralda García Ramírez
Según Wikipedia la Organización de las Naciones Unidas se creó para mantener la paz y seguridad internacional, fomentar relaciones de amistad entre las naciones, lograr la cooperación internacional para solucionar problemas globales y servir de centro que armonice las acciones de las naciones. Tiene su sede en New York (EE.UU.), sujeta a un régimen de extraterritorialidad. Entró en vigor en octubre de 1945, antes del fin de la Segunda Guerra Mundial, se rige por la Carta de las Naciones Unidas, se financia por las contribuciones voluntarias de sus Estados miembros y entre sus objetivos están: garantizar el cumplimiento del derecho internacional, el mantenimiento de la paz, la promoción y protección de los DD.HH., lograr el desarrollo sostenible de las naciones y la cooperación internacional en todos los ámbitos. Se compone de 197 miembros entre estados, países y naciones; pero 193 tienen un asiento en la Asamblea General, instancia deliberativa de la ONU, El Vaticano funge como miembro observador.
Sin embargo, su papel ante la historia que ha venido desempeñando este órgano durante estos 75 años es muy lamentable. La ONU ha sido cómplice del terrorismo y desprotectora de los DD.HH. por estar sometida a los países más poderosos del mundo, especialmente al imperio norteamericano. Ilustremos algunos hechos vergonzosos: en el año 1917, el movimiento sionista, mediante sus influencias, azuzó a Inglaterra a formular la declaración Balfour, donde el Reino Unido se comprometía a "reconstruir" en Palestina el Estado de Israel. Fue una lucha criminal entre ingleses, judíos y palestinos, ya que no fue fácil la salida de los ingleses de lo que se conoce como la "tierra prometida" y por el intento de los israelíes de apoderarse de este territorio, hasta que los ingleses decidieron (en 1947), pasar este caso a la ONU, quien aprobó una ilegal e injusta moción a favor de la partición del territorio en disputa en dos naciones: el judío y palestino, lucha que hasta hoy día ha sido de resistencia para Palestina por la conducta genocida del Estado de Israel, quien se ha apoderado de los territorios concedidos por la ONU a Palestina, en esa injusta repartición, amparados por EE.UU. De estos hechos violatorios solo quedan puras palabras de parte de cada secretario de turno, pero no se sanciona ni se impone medidas coercitivas, o bloqueos al Estado de Israel; en tanto que, los palestinos viven expatriados en campos de refugiados, oprimidos y en constantes amenazas de bombardeos. Si miramos a Vietnam, fue mejor el silencio para la ONU que enfrentar al imperio cuando lo invadió, donde millones de seres humanos sufrieron los efectos de la guerra química. No hubo protección a los DD.HH. para el pueblo de Cuba cuando agentes de USA envenenaron a miles de cerdos para matar de hambre al pueblo con el fin de acabar con la revolución liderada por Fidel Castro; así mismo, no ha habido acciones concretas contra el bloqueo más largo de la historia a este país contra cada presidente gringo. No ha habido sanciones, ni bloqueos, ni informes de DD.HH. contra aquellos países que durante años practicaron sistemas dictatoriales, como Chile; o contra países que han ejercido y aún lo hacen prácticas represivas, genocidios, han dado golpes de Estado a gobiernos legítimamente electo, o tienen fuerzas de seguridad paralelas que amparan el narcotráfico y narcoterrorismo, como Chile, Brasil, Ecuador, Bolivia y Colombia. Otra incompetencia de la ONU fue la justificación para invadir a Irak por parte de los EE.UU., a pesar de probarse de no existir armas biológicas, solo el deseo de cumplir el sueño de Bush "de invadir a Irak porque Dios se lo había ordenado". Agresión que sirvió para que las empresas norteamericanas se robaran el petróleo. Hemos visto invasiones a otros pueblos contra Siria, Afganistán, Libia, donde se observa que la paz y la seguridad internacional es un privilegio solo para un selecto grupo de países poderosos; y el petróleo, los recursos energéticos de los países en la mira, el fin que justifica los medios para saquearlos y asesinar personas. Las guerras bacteriológicas ayudan a la ONU a cumplir su objetivo de controlar el crecimiento poblacional, por eso mantienen un silencio cómplice.
Tampoco hubo un pronunciamiento de la ONU cuando en Venezuela se alzaron los pobres para protestar contra el paquetazo de Carlos Andrés Pérez, medidas neoliberales impuestas por el BM y el FMI al país, fenómeno conocido como "el caracazo". Se desentendió la ONU cuando la derecha rompió el hilo constitucional para dar un golpe de Estado al presidente Chávez. Se quedó de brazos cruzados cuando la derecha dejó sin alimentos, sin gas y sin gasolina a los venezolanos, llamando a un paro petrolero que desestabilizó la economía del país. Guardó silencio la comisión de los DD.HH. durante las protestas fascistas para tumbar a Maduro. Solo se preocupa la ONU por Venezuela en emitir un informe contra el país por "crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado venezolano, como: desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias y torturas, entre otros alegatos". Investigación aparente basada en 233 casos (desde el año 2014), que quisiéramos ver todos los venezolanos, ya que ésta no se ejecutó in situ, sino supuestamente mediante entrevistas. Según el informe Venezuela tiene una de las tasas más altas de América Latina de asesinatos cometidos por agentes del Estado. ¿Dónde quedó Colombia, entonces? El Grupo de Lima, tarifado del imperio, pagó muy alto para proteger a Colombia y a sus demás miembros. ¿No inquirieron los funcionarios de Naciones Unidas de los muertos que ocasionó la tarifada oposición venezolana durante las guarimbas, desde el año 2014 hasta 2017, y que desde el 2014 hasta el presente han arreciado las sanciones contra el país? Desconoce la ONU que el sector empresarial en su afán de tumbar el gobierno sometió al pueblo al hambre escondiendo los alimentos y que las sanciones contra el país solo desde el 2017 hasta la fecha ya suman 150 bajo informaciones en su mayoría falsas ¿Sabrá la ONU que existe un dólar paralelo que rige nuestra economía, dirigido desde el norte, para desestabilizar la economía; que los bloqueos y sanciones contra el país afectan a los venezolanos y no al gobierno de Maduro? ¿Tendrá conocimiento que el presidente interino que colocó Trump (por demás inconstitucional) se robó nuestros activos petroleros, entregó al país, promueve una invasión, y que hoy está sumergido en una crisis humanitaria por no poder contar con esos recursos? ¿Estará al tanto que los asesinos que promovieron la salida de Maduro a través de métodos fascistas fueron liberados, a través de un indulto presidencial, a pesar del descontento de los bolivarianos? ¿Sabrá que el títere interino nunca fue detenido por la justicia venezolana, a pesar de tener suficientes motivos el Estado para enjuiciarlo por traición a la patria, homicidios y usurpación de funciones? ¿Si los que cometieron estos crímenes les llaman víctimas, que nombre recibirán las personas que fueron los mártires por crímenes de lesa humanidad?
Este órgano tan sesgado no puede seguir existiendo porque no protege ni defiende los DD.HH. de nadie. Está sometido a los intereses de quienes más lo financian. No puede abrir una investigación a ningún país si tiene o ha tenido posturas parcializadas, sesgadas e incongruentes con lo que dictamina la Carta de Naciones Unidas. Los pueblos del mundo quisiéramos ver, mínimo, a Trump y a Netanyahu, rindiendo cuentas por todos los crímenes de lesa humanidad cometidos. Se abre un nuevo capítulo en la historia mundial, porque los pueblos del mundo están despertando, estamos insurgiendo contra el imperio los que clamamos la libertad plena del mundo por la igualdad y el respeto a la soberanía de las naciones. Estamos insurgiendo contra el modelo de dominación, contra el capitalismo, contra todo sistema que vaya en contra del bienestar de la humanidad y el sistema de Naciones Unidas solo se quedó para encuentros anuales de los líderes para escuchar sus discursos, en un órgano meramente deliberativo. En este sentido, es necesario (como lo propuso Chávez), refundarla, mediante la expansión en todas sus instancias dando entrada a nuevos países, sobre todo los que menos oportunidades han tenido; instaurar nuevos métodos eficaces de atención y resolución de los conflictos mundiales, que tengan participación países con alta probidad; la supresión inmediata del veto, por ser un mecanismo antidemocrático que viola los DD.HH. de los pueblos y por último —agrego yo—, en deuda con los hermanos originarios que tienen los países que han invadido, han saqueado naciones y han cometido genocidios, reubicar a la ONU en un país donde habite la mayoría de nuestros hermanos indígenas, como México, Guatemala o Bolivia. Hay un renacer en el planeta, estamos obligados a redefinir su futuro, para fortalecer nuestra consciencia y voluntad de construir un mundo nuevo, un hombre nuevo.
Licenciada en Administración
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