jueves, 31 de julio de 2025

El egresado de Educación Media

 ALEXANDRA MULINO

El ministro de Educación Héctor Rodríguez, en conjunto con su equipo integrado por viceministros y un cuerpo de asesores de alto nivel académico, ofrecieron propuestas de contenidos para la enseñanza y aprendizajes esperados en el marco de un documento para la consulta a fin de consolidar programas según los valores de la democracia participativa y protagónica.

Al respecto, el documento para la consulta, en el nivel de educación media, detalla lo siguiente:

… la definición de los contenidos esenciales y los aprendizajes esperados en el área de la Geografía, la Historia y la Ciudadanía, se han realizado igualmente a partir de catorce componentes curriculares integradores que hemos propuesto en este documento: La Humanidad, Nuestro Mundo, Venezuela en el Mundo, Pueblos Indígenas, Invasión Europea, Pueblos Afro-venezolanos, Liberación de América, Libertador Simón Bolívar, Nación Agrícola, Nación Petrolera, Territorio Productivo, Democracia Venezolana, Cultura Venezolana y Sociedad y Ciudadanía”.

De sumo importante subrayar que a estas áreas las aglutina el componente de Identidad, centrado por el ideario político, ético y civilista de Simón Bolívar:

En este sentido, afirmamos que la vida, acciones y pensamiento del Libertador Simón Bolívar, son el núcleo de la Identidad de las y los venezolanos, y su doctrina, fundamentada en los principios de Igualdad y Justicia Social, de Independencia y Autodeterminación, de Unión de América y el Equilibrio del Mundo, ha hecho posible que nos constituyamos como un pueblo libre, democrático, pacífico, multiétnico y pluricultural.

Ahora bien, de acuerdo con la lógica de las Ciencias Sociales y Humanas y en aras de fortalecer la educación universitaria con la presencia de estudiantes críticos y con alta conciencia social venezolanista y nuestroamericana consideramos pertinente revisar la suficiencia que deben alcanzar los egresados de la educación media ya que de ello dependerá el rumbo del subsistema de educación superior hoy atravesado por el currículo por competencia que desmonta los valores colectivistas en pro de las aptitudes individuales y bien motivados para alcanzar metas. Es decir, estamos en presencia de la consolidación de la racionalidad instrumental tal como lo requiere el proceso de financiarización, las inversiones en tecnologías limpias y la inteligencia artificial,  aupadas por las principales multilaterales cuadradas con los intereses del imperialismo estadounidense.  

En suma, según la mencionada sugerencia, el egresado de educación media identifica, reconoce, diferencia, entiende, sabe y conoce asuntos medulares en el marco de la historia, la geografía y la ciudadanía que deben fortalecer la identidad y el sentido de Patria; a continuación algunas sugerencias en las disposiciones esperadas:

“Identifica el posicionamiento geo-referenciado de Venezuela y su relación con el mundo. La distribución político administrativo de los estados venezolanos, sistema de gobierno, sus instituciones, deberes y derechos de sus ciudadanos enmarcados en la Constitución Bolivariana de Venezuela. Identifica los procesos del poblamiento venezolano antes y después de la invasión europea entre los siglos XV al XIX”.

Ahora bien, esta aspiración debe fortalecerse a través de la comprensión de la posición geoestratégica de la nación en el marco de la lucha de clases. Simplemente, “identificar” no garantiza el fortalecimiento de la conciencia histórica y de clase. Es decir, más que reconocer “el posicionamiento geo-referenciado de Venezuela y su relación con el mundo”, éste debe comprender que esta relación no es simplemente geopolítica sino atravesada por la lógica del no-desarrollo, de la dependencia, promovido por los intereses metropolitanos aupado primero por España y, luego, por el hegemón estadounidense. Por consiguiente, apoderarse políticamente de la noción de “invasión europea” sin, en este caso, el estudio estructural de la fase mercantil y de las pugnas por el poder en la vieja Europa, podría desencadenar en posiciones chovinistas y xenófobas inesperadas.    

Por otra parte, el egresado “diferencia los modelos económicos de la nación agraria, nación petrolera y los procesos económicos sociales que en ella se dan”. Ciertamente, el joven debe distinguir los modelos económicos descritos pero ello no garantiza que vislumbre que el problema fundamental que caracteriza cada uno de los “modelos económicos” está centrado en la tenencia de la “tierra en pocas manos”. Es necesario que éste entienda que la raíz del latifundio como deformación estructural del no-desarrollo tiene su origen en la merced de tierra como institución jurídica de la Corona de Castilla; sino fuere así, el egresado de educación media no podrá empatizar con la comuna y el problema campesino.

Otro aspecto es que “reconoce que la Historia comienza hace más de 15 mil años a partir del nacimiento de una diversidad de pueblos y culturas indígenas, organizaciones sociales, con idiomas, creencias, prácticas económicas y políticas propias”. Siempre y cuando este aspecto lo interprete a partir del lúcido estudio llevado adelante por Federico Engels en el Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, además de las investigaciones pioneras de Iraida Vargas, Mario Sanoja y Esteban Emilio Mosonyi.

“Identifica a los pueblos afrodescendiente como un elemento constitutivo de la sociedad venezolana”. Con tal que entienda su arribo a la sociedad colonial como parte de la dinámica de la acumulación originaria de capital y la expansión de la fase mercantil. De esa manera, podrá interpretar el hecho de que el esclavitud es una condición ontológica de algunas “razas”, según el lenguaje biologicista. Es decir, una vez rota la relación con África subsahariana por la vía violenta en calidad de fuerzas de trabajo, se forja una nueva condición cultural “única y múltiple” que conforma la venezolanidad.

“Entiende que las insurgencias populares acaudilladas desde las regiones, que ocurren en Venezuela tras la guerra de Independencia, buscan garantizar la libertad e igualdad para todas y todos con la abolición de la esclavitud y la justa distribución de las tierras”. De sumo importante enfatizar en la lucha de clases a fin de explicar el porqué de las luchas intestinas en Venezuela por la “justa distribución de las tierras”; es decir, que no trata de un asunto leguleyo sino de intereses de clases.

“Sabe que las mujeres son el centro de la vida humana, de la conformación de las familias, de la enseñanza a las nuevas generaciones, de los vínculos sociales y del trabajo diario en cada comunidad, localidad y región de toda Venezuela, y durante toda nuestra Historia han protagonizado los procesos de organización social, transformación política, producción económica y creación cultural”. Este punto es medular siempre y cuando lo reinterprete desde la cosmogonía ancestral donde se concibe la relación mujer-hombre a partir de la necesaria unidad destruida por la visión del mundo patriarcal del conquistador español.  

“Reconoce que nuestro país es un amplio territorio biodiverso y productivo, así como las dinámicas industriales, comerciales y la prestación de servicios”. “Entiende que Venezuela cuenta con grandes reservas de hidrocarburos que la convierten en una de las principales potencias energéticas del mundo y la industria petrolera, desarrollada desde principios del siglo XX hasta la actualidad”. En ambos ítems no debe reconocer estas características desde el chovinismo de la “Gran Venezuela” como cultura política instaurada durante la Cuarta República por Carlos Andrés Pérez. Éste impulsó uno de los patrioterismos acríticos más peligrosos en el ámbito del consumo a cuenta de “país rico”, sin captar la lógica de la dependencia estructural.   

“La democracia es el modelo político que asume la República venezolana, a partir de su conformación en 1811 y su práctica se ha transformado hasta llegar a ser en la actualidad participativa y protagónica”. Justamente, el estudiante debe resignificar la democracia en el propio marco histórico de las luchas populares anti-coloniales. Para ello, también es significativo reivindicar la lucha armada y urbana durante las décadas de los 60, 70 y 80 del siglo XX a objeto de superar la pura lectura jurídica de la democracia como modelo político.     

“Identifica a la sociedad venezolana como diversa y mestiza, con una rica herencia que combina a las culturas indígenas originarias, las africanas y las europeas, así como las formas de organización familiar, comunitaria, regional y nacional”. Punto medular que desempolva la vieja discusión de finales del siglo XIX venezolano. Cabe destacar que durante ese tiempo se intentó superar la concepción biologicista de raza, al de raza social y, a posteriori, de clases. Preocupa hoy en día el apego a la visión naturalista de la raza en vez de hacer énfasis en el ser social: “el ser social determina la conciencia social”. Es clave superar la visión biologicista e idealista.   

“Conoce a Simón Bolívar como el Libertador del pueblo venezolano, latinoamericano y caribeño, quien dedicó su vida a la Igualdad y la Justicia Social, a la Independencia y la Soberanía, y a la Unión y la Paz en el continente americano”.  Alcanzar el ser bolivariano implica internalizar su proyecto, tornarlo valores y normas como horizonte de vida. En efecto, es importante quebrar la historiografía romántica e idealista donde se solazan en torno del héroe pero sin superar los valores coloniales y neocoloniales: clasista, individualista y consumista.

Llegado a este punto, aupamos el esfuerzo que lleva adelante el ministro Rodríguez y su gabinete por quebrar la mirada relativista y subjetiva como enfoques que atravesaron viejos programas de ciencia sociales en el ámbito de la educación media; por ende, consideramos que los actuales programas intentan garantizar estudiantes críticos y profundamente venezolanistas en un sentido bolivariano, americanistas, en detrimento del joven recién ingresado a las universidades con graves deficiencias de lecto-escritura y negados al pensamiento crítico; si bien, lo más preocupante es que forjaron un profundo desprecio por Venezuela y Nuestra América que intenta, justamente, revertir este nuevo ofrecimiento programático.



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