viernes, 31 de octubre de 2025

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Con ausentismo récord y un triunfo inesperado, Milei prometió avanzar con reformas laboral y jubilatoria

 


Con un ausentismo récord del 32% (la participación más baja desde 1983), La Libertad Avanza, el partido del presidente argentino Javier Milei, logró 9.328.271 de votos, el 40,68%; fue seguido por Fuerza Patria y aliados con 7.267.509, el 31,69%, sobre un total de 24.211.793 de votos válidos y 662.722 de votos en blanco (con el 98,90% de votos escrutados).

La Libertad Avanza se impuso en 16 provincias, incluidas Buenos Aires, CABA, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos y Salta, consolidando una mayoría legislativa clave para la segunda etapa de su gestión.

Hablando en el búnker libertario tras darse a conocer el triunfo oficialista, Milei agradeció a todos los argentinos describiendo esa jornada electoral como «un día histórico» en el que el pueblo optó por «dejar atrás 100 años de decadencia y seguir en el camino de la libertad».

“El esfuerzo se ha plasmado en este hermoso 41% de votos. Dos de cada tres argentinos no quieren volver al pasado. Le sacamos 14 puntos de diferencia al kirchnerismo. Basta de populismo, populismo nunca más”, afirmó.

«Hoy pasamos el punto bisagra, comienza la construcción de la Argentina grande», declaró el mandatario antes de hacer una proyección para los dos próximos años en el que se tendrá que «afianzar el camino reformista».

El mandatario señaló que el rol del nuevo Congreso será fundamental para «asegurar este cambio de rumbo» y abundó que su partido tendrá 101 diputados mientras que en el Senado pasaron de seis a 20 legisladores. «No dudo en decirles que a partir del 10 de diciembre tendremos, sin lugar a dudas, el congreso más reformista de la historia argentina», afirmó.

Propuso enfocarse en las «reformas necesarias para hacer grande a la Argentina nuevamente», replicando el lema electoral de su par estadounidense Donald Trump. Entre los proyectos a tratar a pedido de los organismos internacionales están principalmente la reforma laboral y la jubilatoria.

Mientras tanto, el presidente del PRO, Mauricio Macri, felicitó públicamente a Milei por el resultado electoral, interpretado como un gesto de respaldo a la consolidación de un nuevo bloque liberal-conservador.

En provincia de Buenos Aires, la elección de septiembre actuó como una primera vuelta y permitió reagrupar el «voto útil» antiperonista en una suerte de balotaje. La diferencia es mínima (0,5%) y habla de casi un empate, pero lo llamativo es que, en menos de dos meses, la agrupación de Javier Milei recortó 14 puntos en el distrito. Y lo hizo pese a que José Luis Espert, su primer candidato a diputado, se tuvo que bajar de la contienda acusado de vínculos con el narcotráfico. Entre la elección del 7 de septiembre y esta LLA sumó 850.000 votos. Los votantes nuevos fueron 335.800. Si todos votaron libertario, algo imposible, igual faltan más de medio millón de votos violetas. Los incentivos de los intendentes para movilizar el voto en sus distritos, resulta evidente, cambiaron. LLA obtuvo en la provincia 3.605.127 votos, contra los 3.558.527 de Fuerza Patria. 50 días atrás, LLA había obtenido 2.755.097 votos y Fuerza Patria 3.861.488. Mientras se esfumaron 302.961 votos de un lado, se sumaron 850.030 en el otro.

El miedo a que la advertencia o el castigo al Gobierno por algunos desacuerdos con sus políticas y formas terminara poniéndolo al borde del colapso y resucitara al kirchnerismo movilizó de manera extraordinaria a sus electores más duramente antikirchneristas. No importó a los mismos los efectos negativos que representaron las coimas en Andis, la criptoestafa $LIBRA o los vínculos con narcos de José Luis Espert. Si se mira de manera comparativa con las elecciones de medio término de Macri en 2017, LLA recibió 2 millones de votos menos (10 millones contra los 8,6 millones obtenidos ayer) y un 2 por ciento menos ya que en esta oportunidad Milei cosechó un 40,84 por ciento contra el 42,04 de Macri en 2017.

¿Qué hay detrás de los problemas entre Leopoldo López, Maria Corina y Capriles?

 PorJhulimar Fraga


Los constantes roces y problemas en el liderazgo opositor venezolano, encarnado por figuras como Leopoldo López, María Corina Machado y Henrique Capriles, siguen generando serias interrogantes en la ciudadanía y el análisis político. No se trata de simples desacuerdos; más bien, esta tensión persistente expone profundas grietas que van más allá de una mera disputa por la dirección.

Las facciones opositoras luchan, a menudo públicamente, por establecer la ruta más efectiva contra el gobierno, pero estas fricciones internas plantean importantes dudas sobre la verdadera motivación que impulsa sus acciones, oscureciendo la posibilidad de una estrategia unificada y eficaz. En efecto, la oposición exhibe una amalgama de enfoques.

López, desde el exilio, mantiene una postura de confrontación internacional y presión constante, promoviendo una resistencia activa contra el régimen. Por su parte, Machado ha enfocado su liderazgo en la activación de la sociedad civil y la denuncia de las fallas institucionales, asumiendo un rol frontal y sin concesiones. Finalmente, Capriles, aunque inhabilitado, ha mantenido una posición más pragmática, haciendo hincapié en la vía electoral como el mecanismo principal para lograr el cambio.

No obstante, al examinar con detalle las declaraciones y los movimientos de oestos líderes, se revela una competencia que, para muchos observadores, trasciende las diferencias ideológicas o tácticas. Sin embargo, en la práctica, los ataques velados y las decisiones unilaterales socavan la tan aclamada unidad. Por ejemplo, cuando se presenta una oportunidad de negociación o un proceso electoral, la dificultad para acordar una estrategia o un candidato único se convierte en un patrón recurrente.

Esta dinámica sugiere que cada facción busca consolidar su propio poder y asegurarse una porción del respaldo internacional y de los recursos que fluyen hacia la causa opositora. Consecuentemente, el resultado directo de este desorden interno es una disminución de la credibilidad ante los votantes, quienes perciben la desorganización y la prioridad de intereses particulares por encima del bienestar colectivo.

A pesar de las diferencias que proyectan al exterior, algunos analistas cercanos al gobierno han ofrecido una perspectiva mucho más cruda y directa sobre el origen de estas divisiones, La opinión del primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello. En su programa «Con El Mazo Dando», Cabello sostuvo que las peleas entre María Corina Machado, Leopoldo López y Henrique Capriles, no son problemas por el liderazgo en la oposición, sino por ambiciones y dinero.

«En verdad ellos pelean es por la plata, no pelean por otra cosa, el negocio de ellos no es la presidencia, es ser oposición porque le llegan plata por todos lados, y todavía hay bolsas que andan creyendo en ellos, porque ser presidente implicaría atender al Pueblo y si no lo atienden entonces se les complica la cosa porque ese ahora es otro país», señaló durante su programa.

En resumen, esta visión desde el oficialismo reduce la complejidad política a una mera contienda financiera, un argumento que resuena en sectores críticos que ven en el conflicto opositor más un teatro de intereses que una genuina búsqueda de soluciones para Venezuela.

La fidelidad del 40% en Argentina

 

Un 40% del electorado argentino sigue fiel a las opciones conservadoras, sin importar crisis ni escándalos. El mileísmo solo recoge esa herencia.

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En las elecciones presidenciales del año 2003, en primera vuelta, la suma de votos de Carlos Menem y Ricardo López Murphy fue del 40,8%. Es decir, después de la debacle neoliberal, había un sector de la ciudadanía argentina que seguía optando por esta vía conservadora. 

En el año 2019, en el peor momento del macrismo, luego de cuatro años de un muy mal Gobierno, en primera vuelta, Juntos por el Cambio obtuvo el 40,2%. De nuevo, un porcentaje parecido que seguía optando por esa misma opción conservadora. 

Y, ahora, en las legislativas intermedias, el mileísmo obtiene el 40,8% a nivel nacional para Diputados a pesar de los múltiples escándalos de corrupción, de una economía intervenida desde Estados Unidos e insostenible financieramente y de un Mal Vivir generalizado. 

Este 40% no falla. Siempre vota igual. Siempre elige la misma opción política. Siempre hay 4 de cada 10 argentinos que prioriza la alternativa conservadora próxima a sus convicciones ideológicas más allá de todo lo que haga mal en el día a día. 

Este 40% no es un 40% favorecido por el mileísmo. No lo es ni económica ni socialmente. La gran mayoría de ese 40% no vive mejor. Todo lo contrario. Sin embargo, le da igual, porque está votando por un corpus de ideas y valores, que siempre antepone el odio y el miedo a que gane el adversario político. 

Este resultado electoral de Javier Milei, en un contexto actual tan adverso (y teniendo en cuenta que venía de una derrota importante hace menos de dos meses en la Provincia de Buenos Aires a nivel legislativo), se explica por un surco profundo de la sociedad argentina que se cuantifica en este 40%.

La victoria de Milei, más allá de la mirada coyuntural, reside en haber logrado cohesionar y representar -al menos por ahora- a este 40%. 

Pero también es importante mirar la contracara política de toda cita electoral. Milei no ha podido ampliar ese núcleo societal conservador. A menos de dos años como presidente, ya queda lejos su 55% de la segunda vuelta de las presidenciales del año 2023; o el 53,9% que sumaron la Libertad Avanza y Juntos por el Cambio en las legislativas del año 2023; o el 47,6% de la suma de las mismas fuerzas en las legislativas del año 2021. 

En otras palabras, el mileísmo se queda con lo que siempre fue ese espacio político argentino: un 40% fiel y dispuesto a todo para que no gane su rival histórico. 

Se trata de un 40% al que no le molesta que Trump hablé de los ‘muertos de hambre de la Argentina’, ni que sea una economía totalmente intervenida desde el FMI y el Tesoro de los Estados Unidos, ni que se empobrezca y apalee a los jubilados, ni que el precio del litro de leche haya pasado de 450 a 1.600 pesos, ni que el candidato estrella liberal Luis Espert haya sido vinculado con el narcotráfico, ni las coimas de la hermana del presidente, ni la criptoestafa del presidente, ni que la deuda en dólares esté por encima de los 300 mil millones de dólares, ni que exista un centenar de muertos por fentanilo contaminado, ni que le quite dinero a las universidades públicas o desfinancie al Hospital Garrahan, ni que el encaje bancario sea de los más altos del mundo, ni que el salario mínimo real haya caído un tercio, ni el derrumbe de las ventas minoristas, ni la reducción del consumo interno de carne, ni del cierre de empresas, etc. 

No obstante, aunque ese 40% sea significativo, es importante no confundir el todo con la parte, por muy importante que sea esta parte, y por muy determinante que sea esta parte en clave electoral en estos momentos. 

Toda la sociedad argentina no piensa como ese 40%. 

Es por ello que no hay que eclipsar que existe otra sociedad argentina, el otro 60% que no comulga con ese modelo mileísta. Pero que no encuentra un espacio común, ni política ni electoralmente. 

En el seno de este bloque hay una fuerza electoral mayoritaria, que por el momento no es suficiente por sí sola para ponerle freno al mileísmo. Fuerza Patria logró el 35%, un valor muy parecido a la media obtenida por esta fuerza en las últimas ocho citas legislativas a nivel nacional. El resto, el 25%, votó a otras alternativas. 

Es por ello fundamental entender y asimilar que se trata de un bloque heterogéneo, no mileísta y no conservador, con rasgos sociodemográficos disimiles, con culturas políticas variadas, que no tiene preferencias coincidentes respecto a los liderazgos, con códigos y lenguajes diferenciados, y que se informa no siempre por las mismas vías. 

Pero en esa amalgama sí que hay algo que les une más allá de no votar a Milei: sus preocupaciones cotidianas, mayoritariamente las económicas. Seguro que en ese 60% hay mucho más interés por escuchar propuestas certeras para resolver el problema de su vivienda habitual en vez de escuchar hablar tanto de los turistas que van al extranjero a comprar barato (que son como mucho un 10% del país, que en buena parte vota a Milei); seguro que prefieren que mejore el sistema público de salud que sufren a diario en vez de escuchar hablar tanto de las prepagas privadas (que son como mucho un 10% del país, que en buena parte vota a Milei). Y, así, se podrían encontrar muchos otros ejemplos de ‘cosas’ potenciales para ‘juntar’ esa heterogeneidad antimileísta. 

En buena medida, este hecho, esta desatención parcial de lo que le preocupa a la mayoría, explica la bajísima participación de las últimas elecciones legislativas intermedias. 

Y, así, la alta abstención más la fragmentación anti mileísta ocasionó el resultado que ya todos conocemos en Argentina.


Titulares de tapa en los medios de Argentina (Clarín y La Nación)

 

Analizamos un año de portadas de Clarín y La Nación, donde “Milei”, “Gobierno”, “Dólar”, “Trump” y “Cristina” fueron las palabras más destacadas en los titulares.

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El presente informe tuvo como objetivo recopilar todos los titulares de las tapas de dos medios de comunicación muy relevantes en Argentina: Clarín y La Nación.

Para ello, hemos investigado la portada en papel de ambos en el último año (desde el 23 de octubre de 2024 hasta el 23 de octubre de 2025).

Luego de un año de análisis se desprenden las siguientes conclusiones:

  • “Milei” es la palabra que más se repite entre todos los titulares.
  • Por su parte, “Gobierno” también se encuentra entre las tres más mencionadas.
  • Los titulares que mencionan tanto a Milei como al Gobierno están mayoritariamente relacionados con asuntos de política económica.
  • La palabra “Trump” también posee una presencia central en los titulares de estos dos medios de comunicación.
  • La presencia mediática de la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, continúa siendo relevante para ambos medios. La palabra “Cristina” es una de las más mencionadas en titulares en el último año.
  • La mención sobre el “Dólar” también aparece manera destacada.
  • Las otras palabras que ocupan el ranking de las 10 más mencionadas son: Boca, Corte, Argentina, Ciudad, y País.