martes, 16 de septiembre de 2025

Un análisis sobre los escenarios de una posible invasión a nuestro país…

 Colombia Informa

Aunque para algunos analistas los movimientos de Washington son persuasivos y psicológicos, los gobiernos latinoamericanos no descartan una posible agresión al país vecino, ya que tienen en cuenta el largo historial de Estados Unidos en esta materia.

El pasado fin de semana, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, hizo otro ultimátum al presidente venezolano para que renuncie al poder mientras visitaba una base militar en Puerto Rico, país usado como el centro de operaciones contra Venezuela.

Según el Pentágono, la operación en el Caribe Sur incluye más de 15 buques de guerra, una decena de aeronaves y unos 7.000 efectivos, en lo que constituye una de las mayores movilizaciones navales de Estados Unidos en la región desde la década de 1980.

Por su parte, Venezuela dijo que Estados Unidos busca crear un falso positivo al atentar contra sus propios helicópteros en territorio venezolano y calificó como: «El tradicional libreto de guerra de los Estados Unidos destinado a crear escenarios ficticios como condición previa para intervenciones armadas; en este caso, bajo la fútil excusa de lucha contra el narcotráfico».

Posibles escenarios

Los últimos bombardeos de Israel contra Qatar e Irán para asesinar a dirigentes de organizaciones antagonistas de Estados Unidos son muestra de su capacidad para actuar con total impunidad, incluso, por encima del derecho internacional.

Analistas como Breno Altman del medio Opera Mundi coinciden en alguna medida con esta postura: «Yo creo que la situación sigue en términos de una guerra psicológica. Aunque hubo un escalamiento, Estados Unidos se aventura en apretar a Venezuela con más intensidad, en busca quizás de algún pretexto para una operación militar de más larga duración».

Para otros analistas en geopolítica como Alexander Montero, si Estados Unidos da marcha atrás en su ofensiva sería: «el peor escenario para Estados Unidos, porque tendría un costo reputacional enorme y quedaría como el derrotado».

Sin embargo, otro escenario posible, dice Montero, es la negociación diplomática con concesiones para ambas partes, pero sin llegar a ningún enfrentamiento.

Este escenario es desfavorable para Estados Unidos, ya que son los iniciadores del conflicto y sus amenazas habrán sido en vano, por lo que le restarían credibilidad una vez más.

Escenario de invasión militar

Venezuela empezó a armarse desde el 2008 y tiene unas fuerzas armadas bien equipadas con tecnología iraní, china y rusa.

Además, trabaja en implementar su estrategia de “guerra de todo el pueblo” (desarrollada en Vietnam), que involucra a toda su población en la defensa de la nación en forma de guerra de resistencia irregular, con milicias urbanas y rurales.

Su ejército cuenta con unos 130 mil efectivos, cerca de 200 tanques y 300 vehículos blindados.

Para la defensa aérea, que es generalmente donde las potencias invasoras tienen abrumadora ventaja, Venezuela cuenta con una de las mejores en Latinoamérica.

Recientemente, adquirieron 22 aviones de combate Sukhoi Su 30 MK2 de última generación, sistemas de misiles de largo alcance S-300VM rusos que pueden impactar a 200 km e incluyen aviones y misiles crucero.

Otros misiles de corto alcance como Buk-M2 (SA-17) y S-125 Pechora-2M (SA-3 mejorado), así como una significativa cantidad de sistemas portátiles Igla-S (SA-24).

Además de las Fuerzas Militares, la Revolución Bolivariana impulsó desde temprano la creación de milicias. Estas complicarían la ocupación terrestre del país, puesto que son orientadas a la guerra de guerrillas en medio de una geografía propicia con montañas, selvas y ciudades con barrios populares densamente poblados.

El punto débil del país bolivariano está en la crisis económica, la cual dificulta el mantenimiento del armamento y haría imposible sostener una guerra en un tiempo prolongado.

A partir de esto, es cuestionable que todo el armamento esté al 100% de funcionamiento.

Últimas invasiones militares de estadounidenses
Panamá, 1989

La invasión militar estadounidense directa más reciente en el continente fue la captura del presidente de Panamá Manuel Noriega en 1989, a quien acusaron de cometer fraude en las elecciones y por narcotráfico.

Aunque el ejército de ese país era muy reducido (10 mil efectivos), se acusa a Washington de bombardear el barrio El Chorrillo, bastión de Noriega y donde vivía casi todo el personal militar.

Noriega, que en un principio fue amigo de Estados Unidos, fue llevado preso a ese país.

Posterior a la captura, el país quedó sumergido en el caos y su fuerza militar fue disuelta y reemplazada por una fuerza policial controlada por los norteamericanos.

Irak, 2003

La invasión a Irak bajo el pretexto de armas nucleares (nunca comprobado) permitió que Saddam Hussein fuera capturado en menos de un año. Sin embargo, a partir de ese momento comenzó una guerra de resistencia que destruyó el país y que desestabilizó toda la región hasta la actualidad.

En menos de un mes tomaron Bagdad y ciudades capitales. Saddam y sus líderes pasaron a la clandestinidad hasta que fue capturado nueve meses después y posteriormente ejecutado sin ningún juicio.

Durante la ocupación, la muerte de las tropas estadounidenses se disparó. De unos 1.000 en 2004, superaron los 3.000 a principios de 2007.

Mientras tanto, el asesinato de iraquíes fue de entre 100 mil y 600 mil en ese periodo.

A pesar de haber tenido un pasado destacado en los años 80, el ejército de Hussein, de unos 400 mil efectivos, estaba afectado por la crisis económica del país producto de los bloqueos y sanciones.

La Fuerza Aérea era casi inoperativa y no jugó ningún papel, por lo cual nuevamente la supremacía de la OTAN en este ámbito fue absoluta y determinante.

El armamento chino y ruso de los años 80 que poseían los iraquíes se enfrentó a las armas de última generación de principios de siglo.

Otro factor fueron los múltiples descontentos en medio de las filas por sectarismo religioso, corrupción y un liderazgo equivocado. Esto causó muchas rendiciones.

Libia, 2011

En 2011, la OTAN ayudó al derrocamiento de Muamar Gadafi, líder panafricano acusado de reprimir violentamente a grupos opositores.

En realidad, muchos de estos grupos fueron armados y financiados por Estados Unidos, por lo cual no hubo necesidad de enviar infantería extranjera.

Sin embargo, el apoyo aéreo respaldado por la ONU con la resolución 1973 y los bombardeos a posiciones clave del gobierno libio fueron determinantes en la derrota y ejecución de Gadafi.

Aunque tenían un armamento significativo, las Fuerzas Militares libias estaban muy divididas y desmoralizadas, lo cual provocó deserciones masivas y cambios de bando.

Igual que en otros casos, la crisis económica afectó el mantenimiento del armamento pesado. Solo el 30% se encontraba operativo.

Después de la caída de Muamar Gadafi, Libia quedó destruida y sumergida en una guerra civil entre diferentes facciones, algunas de ellas vinculadas al fundamentalismo islámico.

Países rechazan la ofensiva contra Venezuela

En un comunicado firmado por 21 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) se expresa preocupación por la creciente presencia militar de Estados Unidos en América Latina y el Caribe.

México y Brasil, junto a Colombia (que presidió el encuentro), suscribieron estas posturas.

El pronunciamiento subraya que la región fue proclamada “Zona de Paz” en 2014, un compromiso que incluye el respeto a la soberanía, la solución pacífica de controversias y la no injerencia en asuntos internos.

Para los firmantes, la llegada de tropas y aviones de combate estadounidenses contradice esos principios.

Países con gobiernos de derecha como Argentina, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guyana, Jamaica, Paraguay, Perú, Trinidad y Tobago se abstuvieron de respaldarla.

Mientras tanto, el presidente Gustavo Petro dijo en días anteriores: «Debemos unirnos por Venezuela o nos tiran bombas en Bogotá».

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