domingo, 10 de octubre de 2010

Dialéctica de la violencia.

Elena Ibarra


Complicada tarea el conocer la conformación estructural de la violencia, y su diferenciación con la agresividad, paradójicamente el sentirla es menos complicado, quién en este enmarañado mundo no ha sido víctima de ella, quién no ha sido bautizado o bautizada sin preguntársele si quería, quién no fue a la escuela equis, porque sus padres decidieron por él o ella, que esa era la adecuada, quién no tuvo que comer el plato de sopa que no quería; ¿ acaso el apropiarse de tu poder de decisión no es un acto de agresión?. 
    Quizás los ejemplos antes citados sean de poca valía a simple vista, pero en el fondo cuantas de las decisiones inconsultas han marcado por siempre la vida de un joven, sin contar con aquellas manipuladas, “en aras de lo que es mejor para él o ella”, posiblemente nos suenen frases como estas: «Es mejor que estudie derecho, ya su padre tiene un despacho, tiene la mitad del camino preparado»;«Como nos gustaría que fueses médico, toda la familia lo es»
    No es un cuento el de la madre que decidió no tener un hijo, convirtiendo al que engendró en mujer, homosexual o bisexual del futuro quien producto de un aprendizaje errado, tuvo que llorar y sufrir la aberración maternal de quien debió hacerlo crecer, convirtiéndolo en algo difuso, triste, frustrado, apagado; tampoco es fantasía que miles de padres, “con razón o no”, incursionan a sus hijos en la prostitución, o en el mejor de los casos en el trabajo a temprana edad, apartando de ellos juegos, sueños y educación. 
      No se está hablando de una sociedad lejana o producto de una febril fantasía, cuando se señalan casos de robo, muertes, madres que por no perder al hombre, a veces de turno, excluyen al hijo del seno familiar; padres que violan a sus propios hijos; familiares que convierten a los suyos adolescentes, niños, niñas e incluso ancianos en narcomulas; agencias o redes que comercian con órganos; tráfico de personas; niños o niñas por encargo, muertes por encargo, sicarios; grupos políticos que introyecten en los jóvenes ideas seudo revolucionarias o de extrema derecha; sectas que adoctrinan a los suyos hacia el crimen; jóvenes que aprendieron como único idioma hacer daño; docentes que se creen endiosados, estudiantes que matan, docentes que castran. Incesante lucha de poder donde existen víctimas y victimarios. No se está hablando únicamente de Venezuela.Esto es el Mundo, esto es aún una dura realidad.  
    Un mundo cada día más violento, con profundas raíces que la originan y multiplicidad de factores que se conjugan en su aparición e incremento, siendo lo socioeconómico el factor central,  y donde sus manifestaciones cada día toman distintas formas e invade diversos ámbitos, tal es el caso del educativo, donde su incremento ha sido tan alarmante, lo cual hace obligante una reflexión profundamente sensibilizadora que permita revertir tal problema, y aún  cuando se han realizado algunos avances, es obligante seguir trabajando en su minimización.
 
    Dra. Elena Ibarra
    Universidad de Carabobo 
 ibarraelena@gmail.com

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